La devaluación del yuan coge a contrapié al resto de bancos centrales

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La devaluación del yuan coge a contrapié al resto de bancos centrales

Sede del BCE

Los expertos advierten de que China podría “exportar deflación” en un momento en que Europa lleva meses con tasas de inflación muy baja. Las devaluaciones del yuan aplicadas por el Banco Popular de China, que muchos analistas califican ya como una nueva ‘guerra de divisas’, ha supuesto un nuevo e inesperado terremoto en los mercados en pleno mes de agosto que podría obligar al resto de los grandes bancos centrales del mundo a modificar sus respectivas políticas monetarias.

Un ejemplo es la Reserva Federal estadounidense. El mercado daba por hecho que la institución que preside Janet Yellen subiría tipos a partir de septiembre, pero el nuevo escenario añade incertidumbre sobre la situación.

La Fed mantiene los tipos de interés en un rango de entre el 0% y el 0,25%, sus mínimos históricos, desde 2008, cuando al frente del banco central se encontraba el predecesor de Yellen, Ben Bernanke, que decidió adoptar una política monetaria expansiva, incluyendo un quantitative easing (QE), para dar impulso a la mayor economía del mundo. La próxima semana, el Comité del Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC) dará a conocer las actas de su última reunión de política monetaria.

Si a la Reserva Federal, y también al Banco de Inglaterra, el movimiento de China le ha cogido a contrapié cuando estaba empezando a plantearse una subida en los tipos tras las políticas expansivas de los últimos años, en el caso del Banco Central Europeo (BCE) los hombres de Draghi se encuentran inmersos en pleno programa de compra de bonos (QE), que en principio se mantendrá hasta septiembre de 2016.

En ese sentido, la devaluación del yuan podría esconder el inicio de una ‘guerra de divisas’ que reste eficacia a las medidas del BCE y en la que cada país devalúe su propia moneda con la intención de exportar más. “Dado que este es un juego de suma cero, los mercados que un país gana los pierde otro, a las políticas devaluatorias se las califica en muchas ocasiones ‘de empobrecimiento del vecino’ y su generalización podría crear graves tensiones en el comercio mundial”, advierten los analistas de Bankinter en un informe.

Estos expertos apuntan además a que existe un efecto del que apenas se habla pero que “puede revestir especial gravedad”. “Con la devaluación del yuan y el consiguiente crecimiento de las exportaciones chinas a precios más bajos, China exportará deflación” apuntan. Cuando Europa, y España en particular, lleva meses con tasas de inflación muy bajas y con los precios del petróleo en mínimos, es muy probable que la decisión de las autoridades china provoque una bajada de los precios de muchos productos manufacturados lo que podría, como mínimo, contribuir a alejar a la eurozona del objetivo de inflación que tiene marcado el BCE, en torno al 2% anual.

Tal y como recuerda Bankinter, “con deflación o tasas de inflación muy bajas la devolución de las deudas tanto públicas como privadas se hace más difícil y se puede entrar en una dinámica que perjudique el consumo que es, en este momento, la base del crecimiento de muchas economías, entre ellas la española”.

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