El otro ‘efecto Draghi’: las rentabilidades de los depósitos se reducen a la mitad en un año

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El otro ‘efecto Draghi’: las rentabilidades de los depósitos se reducen a la mitad en un año

Mario Draghi, presidente del BCE

Los bancos españoles, más ‘tacaños’ que la media de la eurozona a la hora de pagar a los ahorradores por sus depósitos. Desde mediados de 2014, el Banco Central Europeo (BCE) que preside Mario Draghi ha sacado toda su artillería para reactivar la economía e intentar que el crédito vuelva a fluir a familias y empresas. Si esa es la cara de la moneda, la cruz es para los ahorradores, que han visto como las rentabilidades de los depósitos se han desplomado hasta el punto de que a día de hoy son inferiores a la mitad de las que se pagaban hace un año.

Aunque en España los bancos todavía no han llegado a los extremos de otros países, en los que algunas entidades han comenzado a cobrar por algunos depósitos, lo cierto es que las rentabilidades se han resentido ante la batería de medidas del BCE.

Junto al más mediático programa de compras de bonos puesto en marcha esta semana, los hombres de Draghi han tomado un buen puñado de decisiones que desincentivan el ahorro: no sólo los tipos de interés de referencia se encuentran en el 0,05% (su mínimo histórico), sino que la institución ha comenzado a penalizar con un tipo negativo del -0,20% los depósitos de la banca (lo que se conoce como facilidad de depósito). Unas medidas, que en mayor o menor medida, las entidades acaban trasladando a sus clientes.

Según las cifras del Banco de España, los depósitos a un plazo de hasta un año ofrecían de media en enero (cifras aún provisionales) una rentabilidad de un 0,56%, que se compara con el 1,21% que pagaban en el mismo mes de 2014. La caída es de casi un 54% en apenas 12 meses.

En los depósitos de entre uno y dos años los bancos españoles pagaban un 0,69%, frente al 1,56% de enero de 2014, mientras que a plazos más largos la rentabilidad media era del 0,90%, que en este caso se compara con el 1,81%. En ambos casos el rendimiento se ha reducido a más de la mitad.

Mucho más modesto ha sido el recorte en las cuentas a la vista, con una rentabilidad media del 0,16%, un recorte del 24% respecto al 0,21% de enero de 2014.

La banca española ha sido además en los últimos años más ‘tacaña’ que la media de la eurozona a la hora de pagar por los depósitos, si bien para encontrar cifras comparables hay que trasladarse a julio del año pasado. En ese mes, los bancos de la eurozona pagaban de media un 1,32% por los depósitos a un año, mientras que en España el rendimiento era del 0,79%; en los plazos a más de dos años, las rentabilidades eran del 1,76% y el 1,11%, respectivamente.

Para encontrar un mes en el que los bancos españoles ofrecieran unas rentabilidades superiores a las de la media de la eurozona hay que retrotraerse hasta diciembre de 2012: entonces, las entidades patrias ofrecían rentabilidades de un 2,95% en los depósitos a un año (frente al 2,71% de la media europea), mientras que a más de dos años pagaban un 1,96% (en este caso los bancos europeos ofrecían una rentabilidad ya superior, del 2,25%).

A principios de 2013, la ‘guerra del pasivo’ obligó al Banco de España a introducir una ‘recomendación’ que establecía unos límites máximos en los rendimientos máximos que podían pagar los plazos fijos. Así, en los depósitos a 12 meses, el tope se establecía en el 1,75% TAE, a 24 meses pasaba a ser del 2,25% TAE, y, por encima de ese plazo, la rentabilidad máxima sería del 2,75%. Unas rentabilidades que a día de hoy parecen una quimera.

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