Los exconsejeros de Caja Madrid desmontan las defensas de Rato y Blesa sobre las tarjetas ‘black’

Tarjetas B

Los exconsejeros de Caja Madrid desmontan las defensas de Rato y Blesa sobre las tarjetas ‘black’

Sucursal de Caja Madrid

Los dos expresidentes de Caja Madrid habían defendido que el uso de las conocidas como tarjetas ‘black’ se remontaba a la época de Jaime Terceiro. Los exconsejeros y exdirectivos de Caja Madrid y Bankia que han desfilado esta semana ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu para declarar como imputados en el caso de las tarjetas ‘black’ de la entidad han dejado en mal lugar con sus declaraciones a los expresidentes Rodrigo Rato y Miguel Blesa, que en su momento se lavaron las manos sobre el uso de estas visas, con las que se gastaron más de 15 millones de euros. La única excepción, Gerardo Díaz Ferrán, expresidente de la CEOE, que se negó a declarar ante el magistrado.

Un buen puñado de estos exconsejeros de hecho apuntó a Miguel Blesa como el culpable de que su uso se extendiera a cuestiones personales, al explicar que con la presidencia de Jaime Terceiro, el uso de esas tarjetas estaba limitado a gastos de representación y se debían utilizar de manera prudente. Así, habría sido con la llegada de Blesa en 1996 cuando la dirección se desentendió de los justificantes de los cargos y el sistema de las visas se pervirtió.

Esta misma versión fue defendida por el propio Terceiro, que también declaró ante Andreu, en su caso en calidad de testigo. Quien fuera presidente de Caja Madrid entre 1988 y 1996 y predecesor de Miguel Blesa al frente de la entidad aseguró que en su época se utilizaron tarjetas para gastos de representación dentro del circuito ordinario de la caja, y, a diferencia de las ‘black’, bajo contrato y sujetas a tributación.

El pasado mes de octubre, Blesa afirmó durante el interrogatorio que el sistema de las ‘tarjetas b’ de Caja Madrid para gastos personales ya funcionaba cuando accedió a la presidencia de la entidad y que en ningún momento preguntó por las implicaciones fiscales que podría tener. En ese sentido, habría llegado a apuntar una fecha para la instauración: una reunión del consejo de administración celebrada el 24 de mayo de 1988, cuando la entidad estaba presidida por Jaime Terceiro.

El expresidente de Caja Madrid insistió que “jamás entregó ninguna tarjeta” y que él se limitaba a “dar el visto bueno, pero no decidía”. Además se mostró “sorprendido” y defendió que no tenía que rendir cuentas. “No había nada opaco, todo es visible a quien lo analiza”, destacó. A Blesa, que explicó que no tenía intención de devolver el dinero gastado (436.700 euros) ya que entendía que se trataba de un “complemento retributivo”, el juez Andreu le impuso una fianza de 16 millones de euros.

No mejor panorama se le presenta a Rodrigo Rato, sucesor de Blesa al frente de Caja Madrid y posteriormente presidente de Bankia. El también exdirector gerente del FMI aseguró ante el juez el pasado octubre que la tarjeta para uso personal que se le entregó el primer día que llegó a la entidad formaba parte de su retribución y estaba sujeta a retención fiscal como cualquier otro concepto salarial.

Rato, que al que Andreu impuso una fianza de tres millones de euros, sostuvo que la tarjeta era un instrumento de pago “público y conocido” que se había adoptado para los miembros del consejo y del comité de dirección de la caja desde hacía “al menos 15 años”.

Sin embargo, la versión dada esta semana por el que fuera su consejero delegado en Bankia, Francisco Verdú, es bien diferente. Según explicó ante el juez mantuvo una conversación con Rato cuando le entregó la tarjeta, en febrero de 2012. En contra de lo declarado por éste, que aseguró desconocer por qué Verdú no había usado la tarjeta, manifestó que le aclaró que no iba a usarla “porque le parecía una mala praxis bancaria”.

“En 30 años nunca había visto una cosa así”, llegó a destacar. Verdú, con una amplia experiencia en el sector bancario, estuvo en el Banco Vizcaya, el BBV, Argentaria y la Banca March hasta llegar a Bankia. Rato se apresuró a desmentir esta versión.

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