Los exconsejeros defienden que se les entregaron las tarjetas para uso personal y que era la entidad la que se encargaba de tributar por ellas. Otros siete exconsejeros de Caja Madrid, entre ellos el expresidente de la CEIM Arturo Fernández, han declarado hoy como imputados en la Audiencia Nacional por el escándalo de las tarjetas ‘black’, defendiendo ante el juez Andreu que estas visas se les entregaron para uso personal y que era la entidad la que se encargaba de tributar por ellas.
En la jornada de hoy, el fiscal ha pedido fianzas civiles para cuatro de ellos -María Enedina Álvarez, que disfrutó de 47.000 euros; Jorge Gómez (98.200), José Ricardo Martínez Castro (44.200) y Antonio Romero (252.009)-, según publica la agencia Efe, que cita fuentes jurídicas.
Mientras, ha dejado fuera de esta medida a otros tres consejeros que devolvieron íntegramente lo gastado. Mientras que a Carmen Cafranga (175.200) no ha solicitado cantidad alguna por el escaso tiempo que fue consejera, ya que entre 2003 a 2009, que estuvo en Caja Madrid fue miembro de la Comisión de Control.
Cafranga, que abandonó la presidencia de la Fundación Caja Madrid tras conocerse este hecho, ha denunciado además el “enorme trastorno y desgaste” que ha sufrido su reputación” a raíz de su imputación en la causa de las tarjetas ‘black’. Además, ha apuntado que siempre pensó que se podía utilizar para “gastar en cualquier cosa”.