El QE de Draghi, una solución para la banca de inversión y no tanto para la minorista

Crisis del euro

El QE de Draghi, una solución para la banca de inversión y no tanto para la minorista

Mario Draghi, presidente del BCE

Las compras de bonos del BCE favorecerán más a las actividades de banca de inversión que a los bancos minoristas. Todo está preparado para que el Banco Central Europeo (BCE) apruebe en su reunión del próximo 22 de enero el ansiado QE (quantitative easing) de bonos soberanos, un programa de estímulo económico similar al que en su día aprobaron tanto la Reserva Federal estadounidense como el Banco de Japón. ¿Pero será una solución real para los problemas que acarrea la eurozona? Algunos analistas ya advierten de que podría suponer más presión sobre el margen de intereses de la banca ‘retail’, aquella de la que más dependen pymes y familas.

Tal y como señalan los analistas de UBS en un informe, el QE será positivo para la actividad de mercados de capitales y por tanto sobre todo para los bancos de inversión. Sin embargo, para los bancos minoristas, como los españoles, supondrá añadir presión sobre los márgenes de intereses.

Para defender su tesis, los expertos del banco suizo se fijan en el ejemplo de Japón, donde, al igual que en la eurozona, no sólo los hogares sino también las pymes dependen más del crédito bancario para financiarse que de las emisiones de bonos, y donde se acometió un QE mucho más contundente del que se da por descontado en Europa.

En ese sentido, los analistas destacan que la política monetaria acomodaticia supuso una contracción en el margen de intereses, el que se calcula por la diferencia entre lo que cobra el banco por los créditos y lo que paga por los depósitos. Por otro lado, los bajos tipos a largo plazo dieron la oportunidad a los bancos de sacar ganancias del Trading con bonos. Otro efecto del QE será previsiblemente el debilitamiento del euro en el mercado de divisas. En ese sentido, supondrá un mayor beneficio para los bancos de la eurozona que obtienen ingresos significativos en dólares.

Los últimos mensajes enviados desde el BCE dan a entender que los hombres de Draghi aprobaran el próximo 22 de enero el QE, que se moverá en el entorno de los 600.000 millones de euros, por lo que la clave radica ahora en los detalles de cómo se articulará este estímulo. Tal y como señalan en otro informe los analistas de Citi, para que el programa fuese más efectivo, el QE tendría que tener una composición abierta, estar totalmente ‘mutualizado’, abarcar todos los emisores de deuda soberana -independientemente de las calificaciones de crédito-, e incluir otros instrumentos, como los emisores supranacionales y bonos vinculados a la inflación.

Si se cumpliesen estas condiciones, los mercados lo celebrarían por todo lo alto. No obstante, Citi considera que el BCE será más conservador, no sólo para maximizar el número de votos favorables entre los miembros del Consejo de Gobierno, sino también por una posible renuencia a comprometerse de antemano.

Los rumores sobre el nuevo programa de estímulo del BCE se dispararon después de que esta semana la Corte Europea diese luz verde a las compras de bonos del programa OMT. En el caso de que la institución de de política monetaria no acordase ninguna medida de este tipo, habría que esperar hasta la primera semana de marzo, ya que desde el inicio de 2015 el Consejo de Gobierno ha pasado a reunirse cada seis semanas en vez de una vez al mes.

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