La francesa Danièle Nouy se abre paso como presidenta del MUS en un mundo en que la presencia de mujeres continúa siendo marginal en los órganos de dirección. Con la excepción de la española Ana Botín, la presencia femenina en los altos órganos de gobierno de los bancos puede considerarse casi una rareza hasta el punto de que apenas un 5% de los directivos de los diez mayores bancos europeos es mujer. Sin embargo, desde el pasado cuatro de noviembre la supervisión bancaria de la zona del euro recaerá sobre los hombros de la francesa Danièle Nouy, presidenta del Mecanismo Único de Supervisión (MUS).
Nouy es ya la máxima responsable de la supervisión bancaria, como presidenta del consejo de supervisión del MUS, en cuyo diseño se ha tenido muy en cuenta la necesidad de asegurar que la asunción por parte del BCE de sus nuevas tareas supervisoras no entre en conflicto con sus competencias en el área de la política monetaria.
En ese sentido, el consejo del MUS estará formado por los representantes de los supervisores nacionales y seis miembros del BCE. Una vez que tome sus decisiones las trasladará al Consejo de Gobierno del BCE. Los hombres de Draghi no podrán modificar las propuestas del equipo de Nouy, aunque sí remitírselas de nuevo para que las reconsidere.
Nouy (Rennes, 1950) comenzó su carrera profesional en 1974 como supervisora en la Comisión de Control de bancos del Banco de Francia, donde también trabajó su padre. En 1985 y 1986 trabajó en Nueva York como representante del Banco de Francia y en 1990 fue nombrada directora de Supervisión de bancos franceses. Asimismo fue Secretaria General en el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea.
Como presidenta del MUS, también fue la máxima responsable de la evaluación global a la banca previa a la supervisión única, una prueba que suspendieron un total de 25 bancos europeos, aunque sólo 13 de ellos deberán levantar más capital. Nouy ya ha avisado de que realizará una supervisión dura a las entidades financieras. “Como se espera de nosotros con razón, seremos duros e intrusivos pero imparciales, responsables pero independientes”, avisó.
La presencia de una mujer al frente de un organismo supervisor supone una novedad en Europa, pero es más común en EEUU, donde actualmente Janet Yellen preside la Reserva Federal, con un mandato más amplio del que ostenta en el Viejo Continente Mario Draghi al frente del BCE. También en la mayor economía del mundo existe el precedente de Sheila Bair al frente del Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC), una organización similar al Fondo de Garantía de Depósitos español que fue creado tras la Gran Depresión para proteger el dinero de los ahorradores, y lo más parecido a un supervisor bancario que hay en EEUU. Bair, actualmente consejera de Banco Santander, fue presidenta de la FDIC desde 2006 a 2011.
Pero si hablamos de puestos de influencia, se lleva la palma otra francesa, Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) desde julio de 2011. La institución con sede en Washington fue creada tras la Segunda Guerra Mundial con la función garantizar la estabilidad del sistema monetario internacional. Actualmente están adheridos 188 países.
