El G-20 prepara una nueva ‘sorpresa’ para la banca tras los test de estrés del BCE

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El G-20 prepara una nueva ‘sorpresa’ para la banca tras los test de estrés del BCE

Sede del BCE

La cumbre del G-20 que se celebrará en noviembre aprobará nuevos requerimientos de capital (GLAC) para el sector financiero. El mercado espera pocas sorpresas de cara a los test de estrés del BCE cuyos resultados se conocerán el próximo 26 de octubre. Aunque algunos aprobarán muy justos, se da por descontado que los grandes bancos europeos superarán esta prueba y sólo algunas entidades portuguesas y griegas pasarán verdaderos apuros. Sin embargo, en el horizonte se presenta un nuevo desafío para el sector: la cumbre del G-20 de noviembre en Brisbane (Australia), en la que se aprobarán nuevos requerimientos de capital (GLAC) que obligarán a las entidades a volver a acudir a los mercados para captar capital.

Según señalan analistas del mercado, no se descartan nuevas ampliaciones de capital ni emisiones de ‘aditional Tier 1’ o AT1 (entre los que se incluyen los populares CoCos) incluso entre los bancos que pasen con cierta holgura los test de estrés del BCE. El objetivo se estas nuevas emisiones no sería sólo fortalecer sus balances, sino también dar cumplimiento a los nuevos requerimientos de capital, especialmente el GLAC (gone-concern loss-absorbing capacity), del que se conocerán más detalles en la conferencia del G-20 del mes de noviembre.

Este GLAC en principio servirá para medir los recursos disponibles que tiene un banco para, en caso de ser inviable (que no es lo mismo que estar quebrado), no tener que ser rescatado por el Estado. Los últimos rumores apuntan a un ratio del 25% de ‘equity’ y deuda ‘unsecured’ (incluyendo la deuda senior con vencimiento superior a un año) sobre activos ponderados por riesgo.

De confirmarse, esta cifra se traduciría en necesidades de emisión de capital bancario (equity, AT1 y T2) de 460.000 millones de euros para los principales bancos europeos (715.000 millones para una ratio del 10% sobre activos totales), si bien en un plazo holgado, en los próximos cinco años.

En lo que se refiere a lo más urgente, la semana pasada terminó el periodo de entrevistas individuales entre el BCE y las entidades europeas sometidas a las pruebas de estrés para facilitarles el resultado y para que, las que lo necesitaran, comiencen a preparar un plan de recapitalización. En ese sentido, los expertos dan por hecho que ningún banco español de los 14 analizados tendrá que preparar dichos planes, ya que todos aprobarán las pruebas, aunque alguno con niveles de capital muy ajustados.

Las pruebas del BCE exigirán un Core Tier 1 (CT1) mínimo del 8% en el escenario base y del 5,5% en el adverso, con un periodo de recapitalización para las entidades que no pasen dichas pruebas de seis y nueve meses, respectivamente.

En términos generales se espera que sean los bancos griegos y portugueses (con la excepción de Novo Banco, cuyo análisis se hará por separado y más adelante) los que salgan peor parados en las pruebas debido, entre otras cosas, a sus ratios y definición de morosidad, así como a unos volúmenes de capital limitados y de mala calidad, señalan los analistas del sector. No obstante, estos expertos consideran que bancos como Intesa, UniCreidt, Monte dei Paschi, Popular, Sabadell y Commerzbank aprobarán con ratios de capital más ajustados.

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