En un nuevo capítulo de la guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, el presidente Donald Trump anunció este miércoles su intención de imponer aranceles a los automóviles europeos.
La medida, que se concretará próximamente, se suma a las recientes decisiones de Washington de gravar con un 25% las importaciones de acero y aluminio, una política que promete intensificar el conflicto comercial con Bruselas.
Trump confirma su decisión: “Por supuesto que lo haré”
Durante un encuentro en la Casa Blanca con el primer ministro irlandés, Michael Martin, Trump fue contundente al responder sobre la posibilidad de imponer nuevos gravámenes a los coches provenientes de Europa.
“Por supuesto. Lo haré. Están entrando millones de automóviles, millones y millones. Probablemente uno de los más grandes (exportadores), Japón también es muy grande. Y no aceptan nuestros automóviles. Fabricamos excelentes automóviles. No tienen nuestros automóviles, pero nosotros tenemos los suyos”, declaró
El mandatario justificó la medida alegando un desequilibrio en el comercio automotriz, donde EEUU permite la entrada masiva de vehículos extranjeros sin que ocurra lo mismo con los automóviles estadounidenses.
Bruselas responde con aranceles a productos estadounidenses
Horas antes de las declaraciones de Trump, la Comisión Europea anunció una serie de medidas de represalia ante los nuevos aranceles de Washington. Bruselas aplicará gravámenes a bienes estadounidenses por un valor de 18.000 millones de euros (19.600 millones de dólares), los cuales entrarán en vigor a mediados de abril.
Además, la UE reactivará aranceles sobre productos estadounidenses, que habían sido suspendidos tras ser implementados en 2018 y 2020 durante el primer mandato de Trump. Se estima que estas medidas afectarán importaciones por 8.000 millones de euros (unos 8.700 millones de dólares), y su aplicación será gradual desde el 1 de abril, estando completada para el día 13 del mismo mes.
Las represalias europeas se suman al incremento de tensiones comerciales y podrían impactar sectores clave como el agrícola, el tecnológico y el automotriz
Nuevos gravámenes al acero y aluminio avivan la tensión
El 18 de febrero, Trump firmó una orden ejecutiva que establece aranceles del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio, una decisión que entró en vigor este miércoles. Esta acción supone un endurecimiento de la política proteccionista que caracterizó su primer mandato y amenaza con desencadenar un nuevo ciclo de sanciones comerciales recíprocas entre las dos potencias económicas.
Las autoridades comunitarias han advertido que estas decisiones podrían tener un impacto negativo en el comercio global, y han pedido a Washington que retome el diálogo para evitar una escalada arancelaria que perjudique a las economías de ambos lados del Atlántico.