Pedro Sánchez, Salvador Illa y Fernando Simón en una reunión en el Palacio de la Moncloa.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene ya en su mesa un informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad con sus “recomendaciones para la estrategia de transición”. El propio Fernando Simón ha entregado esta mañana al jefe del Ejecutivo este documento en el que se aconseja, por ejemplo, que las comunidades puedan, “en caso de necesidad”, doblar el número de camas de UCI, así como contar con centros específicos de pacientes sospechosos de Covid-19.
“En ausencia de una vacuna a corto plazo y dado el alto impacto que tiene el SARS-CoV-2 en la morbimortalidad y en los sistemas sanitarios, no es razonable basar las estrategias de control de la epidemia en que un porcentaje suficientemente alto de la población desarrolle inmunidad total o parcial, lo que implicaría un número inaceptable de casos y de fallecidos”, Así lo afirma este informe, que sostiene que en esta situación “las estrategias deben dirigirse a la reducción del número de casos hasta un nivel asumible por el sistema sanitario evitando el riesgo de que se desborde o vuelva a sufrir el estrés al que ha sido sometido durante la primera onda epidémica”.
El objetivo, sostiene, “sería garantizar la asistencia de calidad a todos los pacientes (tanto para Covid-19 como para otras enfermedades) y la protección de los más vulnerables, minimizando el coste humano, social y económico durante la gestión de la epidemia”. Algo que se lograría con “un proceso ordenado de transición de la situación actual, con medidas extremas de distanciamiento social, hacia una nueva normalidad que garantice la reducción de riesgos”. Para ello, es necesario garantizar cuatro capacidades estratégicas del sistema sanitario. Estas pasan por la asistencia sanitaria, la vigilancia epidemiológica, una identificación y contención precoz de fuentes de contagio y medidas de protección colectiva.
Entre las recomendaciones del CCAES al Gobierno se encuentra la “prevención de infecciones intrahospitalarias, así como contar con “recursos para pacientes agudos y críticos”. En este sentido aboga por la “disponibilidad inmediata/acceso, en caso de necesidad, del doble de camas de UCI respecto de la capacidad pre-Covid e identificación de espacios que permitan un incremento de hasta el triple de la capacidad pre-Covid”.
Respecto a la Atención primaria, “debe garantizarse la implementación de medidas de prevención y control de la infección en todas las áreas y la disponibilidad suficiente de EPI”. A esto suma “la capacidad de diagnóstico precoz y el aislamiento de todos los casos de infección por SARS-CoV-2, minimizando los riesgos para el personal sanitario y el resto de la población”.
Eso se conseguiría con “centros específicos de pacientes sospechosos”, “circuitos separados para la atención presencial de personas con síntomas respiratorios o infecciosos”, “protocolos de protección de personal de los centros asistenciales, “protocolos de diagnóstico de nuevos casos, aislamiento y seguimiento” y “mecanismos de coordinación de los centros de salud con los servicios de salud pública para el trazado de contactos comunitarios de los casos”, entre otras medidas.
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