A criticar con tino y advertir de fatales consecuencias en la propia boca del lobo, ha viajado una delegación cubana para sostener -otra más-, una nueva ronda de conversaciones sobre el tema migratorio con las autoridades estadounidenses.
Y resulta sorprendente que la contraparte gringa no viaje a La Habana cumpliendo al pie de la letra las recomendaciones del abominable hombre de la Casa Blanca que de seguro les habrá advertido que pueden terminar sordos, mudos y hasta impotentes en el caso de los hombres.
Ya va resultando en extremo difícil encontrar algún entendimiento con los vecinos norteños. La marcha atrás de lo alcanzado con Obama se hace notar. También, en igual medida, que las autoridades cubanas debieron aprovechar aún más el acercamiento con Obama. Pero el agua pasada no mueve molino.
La parte cubana advirtió de lo negativo de esta nueva administración para con la isla y entre los aspectos señalados figuran el no cumplir con el compromiso de conceder las 20 000 visas anuales, así como la arbitraria decisión de expulsar diversos funcionarios responsables en las futuras negociaciones económicas entre los dos países.
Si como reza esa vieja sentencia, de que la gente hablando se entiende, cada vez hay menos modos y maneras de lograr posiciones favorables para ambos. Abramos las puertas de la nevera para este venidero 2018 porque de frías, las relaciones pudieran congelarse.
