Los grandes desprendimientos del frente del glaciar flotan a la deriva en forma de icebergs
Los glaciares, fundamentales para mantener la estabilidad del suministro global de agua dulce, enfrentan una crisis sin precedentes debido al acelerado calentamiento global. El Día Mundial del Agua 2025 destaca la urgente necesidad de proteger estas reservas naturales, claves para asegurar recursos esenciales destinados al consumo humano, la agricultura y la producción de energía. Frente a esta problemática, organizaciones internacionales como World Vision alertan sobre la creciente vulnerabilidad de millones de personas, especialmente mujeres y niñas, frente a la escasez hídrica.
Los glaciares almacenan aproximadamente el 70 % del agua dulce disponible en la Tierra, representando la mayor reserva natural de este recurso vital. Sin embargo, el cambio climático está acelerando su derretimiento, alterando el ciclo global del agua y aumentando la frecuencia de fenómenos extremos como inundaciones y sequías, lo que pone en riesgo la salud y supervivencia de millones de personas alrededor del mundo.
La preservación de los glaciares es clave para mitigar los efectos del cambio climático y garantizar la estabilidad del suministro de agua potable
La falta de acceso a agua potable gestionada de manera segura afecta actualmente a 2.200 millones de personas, siendo las mujeres y niñas quienes soportan la mayor carga. Diariamente dedican 250 millones de horas a recolectar agua, una tarea extenuante que limita su tiempo para estudiar, generar ingresos o participar activamente en la vida comunitaria.
Las mujeres y niñas caminan en promedio 6 kilómetros diarios cargando alrededor de 20 kilos de agua, lo que perpetúa la desigualdad de género
La ausencia de instalaciones sanitarias adecuadas en las escuelas provoca que muchas adolescentes abandonen sus estudios al comenzar la menstruación. Garantizar el acceso a agua potable, letrinas y materiales sanitarios básicos es esencial para promover una educación equitativa y proteger la dignidad y salud de las jóvenes estudiantes.
La falta de acceso a agua segura y saneamiento tiene graves consecuencias en la salud materna y neonatal. En regiones en desarrollo, como aquellas donde opera World Vision, la mitad de los centros de salud carecen de agua potable, y 5 de cada 6 ni siquiera cuentan con instalaciones básicas para el lavado de manos, lo que aumenta dramáticamente las tasas de mortalidad materna e infantil.
Eloisa Molina, directora de Comunicación de World Vision, recalca la urgencia de actuar: «Cerca de 1.000 niños y niñas mueren cada día por enfermedades relacionadas con agua contaminada y mala higiene. Sabemos cómo solucionar esta crisis, pero necesitamos mayor inversión económica y voluntad política para poner fin a estas muertes evitables».
La crisis hídrica no solo implica falta de agua, sino pérdida de oportunidades vitales para millones de niñas en todo el mundo
Firdaoussou, de doce años, realiza diariamente doce viajes a un pozo situado a casi un kilómetro de su hogar en Níger. Su hermana Mahana, de nueve años, también participa en esta tarea. La rutina limita su acceso a la educación, privándolas de tiempo esencial para jugar o formarse. Este caso es representativo de la realidad diaria que enfrentan millones de niñas en el mundo.
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