La Shica revoluciona los escenarios con ‘Pequeñas Infidelidades’ y ‘Espain’

El interludio

La Shica revoluciona los escenarios con ‘Pequeñas Infidelidades’ y ‘Espain’

La Shica, cantante

La artista presentará la obra de Andreu Buenafuente todos los sábados del mes de junio en el Teatro Alcázar. Elsa Robayo, ‘La Shica’, mira hacia el público que llena hoy el Teatro del Barrio. Otea el patio de butacas con detenimiento y después lanza una pregunta al aire. Quiere saber si alguna -o alguno- de los presentes tiene una rebeca negra a mano y puede prestársela. Tras un silencio poco prologando, una chica sentada en la cuarta fila levanta la mano y dice que sí, que la tiene y que se la deja. A partir de ahí, la emoción está servida.

La artista inicia una complicada maniobra para bajarse de las plataformas metálicas sobre las que realiza su actuación. La estructura se ha levantado allí, en el centro de un escenario situado a ras del suelo, para colocar en el espacio libre, media docena de mesas, con sus correspondientes sillas. Unas `localidades’ improvisadas, que permiten al público que las ocupa sentirse casi como si formaran parte de la representación. Y ahora, la mayoría de los espectadores que están allí sentados contiene la respiración.

Quizá no sea para tanto, pero mientras ‘La Shica’ intenta llegar al suelo hay más de un momento en que parece a punto de perder el equilibrio. Todo sucede muy rápido, pero se ‘siente’ a cámara lenta. El movimiento es complicado por la altura y la escasez del espacio que ella y Josete Ordóñez, el guitarrista que la acompaña, comparten con los pies de micro, los cables, las banquetas y el resto del ‘atrezzo’. Sin contar con el riesgo más importante de todos: los brillantes zapatos de altísimos tacones que la cantante lleva puestos.

-«Son preciosos -nos había explicado ‘La Shica’ antes de subir al escenario-, pero no sirven para ‘frenar’. Sólo para ‘subirse’ a ellos. ¡Qué más les voy a pedir si me han costado 17 euros en el ‘chino’, donde los compre!».

El ministerio de la felicidad

Al parecer ya ha sufrido algún que otro percance por culpa de este tipo de calzado, pero insiste en ponérselo porque quiere estar deslumbrante sobre las tablas. Fueron caídas sin consecuencias graves, aunque con su ‘punto’ de comicidad. Sin embargo, esta vez no hay batacazo y Elsa consigue llegar al suelo sana y salva. Tras el aterrizaje, la artista se interna en el patio de butacas para recoger la prenda que le ofrece la amable espectadora. Y con ella en la mano, vuelve a subirse al escenario. Se necesita mucha práctica, y algo de coraje, para hacerlo sin romperse la crisma.

Una vez arriba se coloca la rebeca negra a modo de peluca e inicia una imitación, tan divertida como respetuosa, de una conocida folklórica que, según yo lo veo, asistiría encantada a esta especie de homenaje en clave cómica. Lo mismo que el público de hoy, completamente entregado a la artista e incapaz de parar de reír. Y eso que llevan así, partiéndose a carcajada limpia, un buen rato.

Casi desde que se inició el espectáculo, ‘Pequeñas Infidelidades’, una hora antes. La química funciona, está claro. Y eso que se trata de una propuesta arriesgada, propia de las trapecistas que desprecian la red, que obliga a nuestra entrevistada a realizar un impresionante ‘tour de force’ en cada representación. Un auténtico derroche físico y mental.

Secreto

Pero, ¿querrá ‘La Shica’ explicarnos su secreto? ¿Nos revelará los ingredientes de la receta que emplea para seducir, ¿o ‘abducir’?, a ese núcleo creciente de fanáticos que acude a sus actuaciones? La verdad es que no perdemos nada por preguntárselo. Así que lo hacemos con el convencimiento de que, además de mucho oficio, hay algo mágico en su manera de conquistar al público. Sin embargo, Elsa no parece creer en los prodigios. Todo es mucho más sencillo cuando alguien ama su trabajo.

-«Me gusta lo que hago. Y supongo que será eso lo que pasa. A mí no me da miedo hablar con el público. Al contrario. Esa es una de las partes del ‘show’ que disfruto más. Lo mismo que me pasa cuando canto. La verdad es que me encanta hacer el ‘subnormal’. A lo mejor ese es el secreto», dice.

Y luego añade además, que es honesta en el escenario y que no pretende ir de diva. Que lo ha intentado alguna vez pero que no le sale. Y esas dos cualidades ayudan, en su opinión, a que se produzca con más facilidad esa conexión con los espectadores que todo artista desea conseguir. Ella, que también ejerce como público, lo tiene claro, cuando no hay ‘verdad’ sobre el escenario la gente no se ‘engancha’.

Pero ese no es su caso. De ahí que sus seguidores se lo pasen estupendamente y se lo consientan casi todo. Hasta la forma tan particular que, en ocasiones, tiene de dirigirse a ellos. Un chorro inagotable de palabras, no siempre ‘biensonantes’, que incluye, si llega el caso, el uso afectuoso y hasta entrañable de algunos vocablos que en otros contextos podrían sonar a insultos. Pero no cuando es la chica ‘La Shica’ quien los pronuncia en sus espectáculos. Ella es así. Lo da todo y juega al límite. Siempre. Y su gente lo sabe y se lo agradece.

-«Cuando hay verdad sobre el escenario da igual las barbaridades que digas. Y yo digo muchas. Hay días que digo algunas cosas que me encantaría poder agarrar en el aire para volver a metérmelas en la boca. Pero no puede ser, porque ya las he dicho», se lamenta.

Y esa relación privilegiada con su público ha convertido en un éxito a ‘Pequeñas Infidelidades’, un espectáculo que La Shica diseñó, casi por casualidad, como una especie de entretenimiento, mientras se preparaba para llevar a los escenarios ‘Espain’. Una obra del popular cómico televisivo Andreu Buenafuente, que ya ha estrenado también en Barcelona y Madrid, con buena acogida de crítica y público.

Los ensayos y la preparación de ‘Espain’ obligaron a la artista a retirarse temporalmente de los escenarios y las giras. Era un montaje complicado, que requería un gran esfuerzo de producción y muchas horas de trabajo antes de estar listo para ser representado.

Para no perder el contacto con el público durante ese retiro forzado, La ‘Shica’ se inventó ‘Pequeñas Infidelidades’ esta función tan manejable y tan de andar por casa, que tiene en su sencilla puesta en escena una de sus mayores virtudes. Ella quería seguir haciendo ‘bolos’ o algo parecido a eso. Lo necesitaba para no volverse loca. «Porque yo me vuelvo loca, cuando no me subo a un escenario», asegura.

Vodevil

Además, Elsa diseñó este simpático vodevil en miniatura, con el pensamiento puesto en un espacio escénico concreto: el escenario del Café Berlín de Madrid. Aunque luego la función se haya interpretado también en el Teatro del Barrio, hasta donde hemos venido para hacer esta entrevista, o en el Pequeño Teatro Gran Vía, donde se representará el próximo día 31 de mayo. E incluso en otros puntos de España. Pero ninguna de estas posibilidades formaba parte de la idea inicial.

-«Esto empezó siendo como una broma. Algo pensado para cuatro jueves. Porque el dueño del Berlín es bastante amigo y siempre me pedía que hiciera algo allí. Pero se está alargando bastante porque, a pesar de que fue una cosa que se hizo sin darle demasiadas vueltas a la cabeza, el público lo pasa ‘superbien’ y vivimos un momento en que la gente necesita reírse mucho», reflexiona.

Y vaya si se ríen con este espectáculo, cuya estructura es lo suficientemente flexible como para adaptarse al clima que genera cada día el público y también a las circunstancias físicas y mentales en las que se encuentra su creadora e interprete principal en cada momento. Aquí hay una líneas básicas, pero la improvisación lo es todo.

Espain

-«Para hacer ‘Pequeñas infidelidades’ hay que salir al escenario y esperar a ver qué pasa. Es un ejercicio que consiste en dejarse llevar. ¿Hoy cómo tengo el día? ¿Estoy más cansada? Pues tiro por aquí…¿Estoy más fuerte? o ¿más nerviosa? pues tiro por allí», explica.

No es lo único. Para que este espectáculo funcione hay otro elemento básico. Otro ‘factor humano’ indispensable. Se trata de Josete Ordóñez, un músico a quien ‘La Shica’ define como «mi guitarrista favorito del universo». Ordóñez que produjo el primer disco de Elsa y ha colaborado con ella desde entonces, tiene esta vez un papel más comprometido y protagonista de lo habitual. Además de acompañar a ‘La Shica’ con su toque elegante y ajustado, ejerce como ‘partenaire’, cantante adicional, e incluso ‘actor’ de refuerzo en algunos momentos del ‘show’.

La compenetración entre ambos es total. Prácticamente sólo les hace falta mirarse para saber por dónde van y ser capaces, si es necesario, de cambiar el guión sobre la marcha. Hasta han llegado a equivocarse a la vez en el mismo punto, según cuentan. De tal modo que lo que inicialmente era un error acaba convertido en una posibilidad inesperada que incorporar al guión. Y ahora, al hablar con nosotros, sólo una hora y media antes de que empiece el espectáculo, ambos coinciden también a la hora de intercambiar elogios. ‘La Shica’ asegura que desde que tocan juntos ella canta mejor, porque Josete la entiende y la sabe llevar.

-«Elsa es una artista increíble. Lo tiene todo. Canta bien, baila bien, es graciosa, comunica con la gente, se le ocurren cosas increíbles, pinta bien, hace buenas coreografías…Yo estoy muy a gusto trabajando con ella, porque me siento, muy identificado con lo que hace y tengo mucha libertad. Y cómo cada vez la conozco más, pues, poco a poco, creo que voy siguiendo sus pasos…en la medida que puedo, porque ella va muy deprisa, explica Josete.

Cabaret Ibérico

Y, ¿De qué van estas ´Pequeñas infidelidades’?, ¿Esta pieza de ‘cabaret’ racial y rabiosamente ibérica que ha alcanzado ya su tercera temporada? Se trata de una especie de monólogo cómico en el que ‘La Shica’ narra las supuestas vicisitudes amorosas de una mujer ‘soltera’ que ha tenido sus más y sus menos con el sexo opuesto.

Es evidente que los hombres no salen muy bien parados aquí, ante la complicidad y el regocijo de las espectadoras femeninas. Además, cada momento narrativo o cada ‘aventura’ rememorada se ilustra con una canción que, aproximadamente, trata del mismo asunto que los monólogos previos. Músicas, por cierto, muy populares, con su punto de copla de ayer, hoy y siempre. El tipo de sonidos de los que se compone el universo sentimental de esta artista.

-«Hay coplas y también otras muchas canciones parecidas, que no son coplas de aquí, pero son coplas de otros lados. A mi la música un poco tradicional del país que sea me pone mucho más que la ‘cosa moderna’. Y no puedo explicar por qué. Siempre me atrapa más cualquier cosa folklórica antes que el rollo anglosajón o así. Que no me disgusta, pero no me pone caliente», dice.

Y algo de eso le sucede también a su público, que se identifica plenamente con lo que escucha y acepta encantado la invitación a cantar que recibe de ‘La Shica’ en los minutos finales del ‘show’. Unos momentos en que, según nos explica, suele surgir la magia, porque los espectadores se adueñan del espectáculo y parece sobrar hasta las presencia de los artistas que están sobre el escenario que prácticamente podrían dejar de tocar o cantar y no pasaría nada.

El público se siente cómodo con unas letras y unas melodías que conoce desde siempre. Grandes canciones de esas que van directas al corazón y se quedan con uno para siempre. Temas que no siempre han sido valorados en la auténtica medida de sus merecimientos. Entre ellas, se encuentran, por ejemplo, el ‘Ramito de Violetas’ de Cecilia, ‘Hoy quiero confesarme’ de José Luis Perales, que interpretaba Isabel Pantoja o ‘Señora’, un clásico de Manuel Alejandro y Ana Magdalena que se convirtió en éxito gracias a Rocío Jurado. Son, según la versión de Josete Ordóñez, «temazos recuperados para el bien de la humanidad». Y no son los únicos antiguos ‘hits’ del cancionero español que esta pareja ha desempolvado para la ocasión.

-«Muchas de estas canciones nacieron en un momento estético ‘delicado’, pero son buenas. Y, a veces, si no te paras y no tomas distancia de las cosas, no te das cuenta de lo buenas que son», asegura ‘La Shica’.

-«Hemos dignificado la caspa», asegura Josete.

-«Que es lo que más nos gusta. Un poquito de caspa y un poquito de brillo. Un poquito de polipiel», concluye Elsa.

Sin embargo, cuando se trata de escoger una sola canción de todas las incluidas en el espectáculo, un tema que, ahora mismo, les tenga ‘enganchados’, optan por ‘Ultimo Desejo’ de Noel Rosa. Una balada en portugués que tiene, según ‘La Shica’, «una preciosidad de letra y una melodía espectacular» y que ella descubrió gracias a un amigo y desde entonces la tiene «secuestrada». Y a Josete le sucede algo parecido.

Flamenco

Aunque el territorio musical en el que esta artista se siente más cómoda es el flamenco. La música que le permitió iniciar su carrera profesional en los tablaos hace ya un par de décadas. La que más ha escuchado y de la que más sabe. Y cree que por eso ahora que se ha vuelto «ye-yé», su trabajo tiene tanta influencia ‘española’. Pura deformación profesional.

Lo mismo que su amor por la rumba, el género que ha elegido para realizar sus primeros pinitos como disc-jockey en algunas salas madrileñas. La ‘Shica’ conoce perfectamente este género, en todas sus vertientes, desde el Sonido Caño Roto a la Rumba Catalana. Dos ramas estilísticas surgidas del mismo tronco entre las que prefiere no elegir. Eso sí, si hay un maestro indiscutible del género ese sería Peret, el «Elvis Presley español», según sus palabras.

Aún así, la propia esencia mestiza de su formación artística le permite hacer gala de una polivalencia muy poco usual. Colaborar con artistas procedentes de muchos géneros distintos que se han subido al escenario con ella en muchas ocasiones. Músicos y cantantes tan dispares entre sí como Rosendo Mercado y Amancio Prada, con quienes, sin embargo, ‘La Shica’ tiene cosas en común.

-«Yo no soy‘rockera’, pero me gusta el ‘rock and roll’, lo he escuchado mucho y puedo tener cierta actitud ‘rockera’. No la voz, porque mi cante es otro. Pero, entonces por ahí engancho de repente con Rosendo o con ‘El Drogas’…Pero luego soy una folklórica tremenda, que me gusta un drama más que ‘ná’… y viene Amancio Prada y nos cantamos una tragedia gallega y los dos nos metemos los puñales y gozamos», explica.

En esa búsqueda incesante de un destino artístico original e inexplorado, ‘La Shica’ acaba de tropezarse con ‘Espain’, la obra de Andreu Buenafuente de la que hablábamos antes y que representará en el Teatro Alcázar, todos los sábados del próximo mes de junio. Un nuevo reto para la carrera de esta artista que ella define como el «tercer descansillo de su escalera», tras los dos discos editados hasta ahora ‘Trabajito de Chinos’ y ‘Supercop’.

Y también como el mejor trabajo que ha realizado hasta ahora. Una producción en la que se «ha metido tijera» para que ni sobre ni falte nada, se ha mimado cada detalle y en la que todo funciona como un reloj, desde el grupo que la acompaña -también liderado por Josete Ordóñez- al diseño del escenario, la cartelería o los elementos gráficos. Además le ha permitido colaborar con Buenafuente, circunstancia que considera un auténtico «regalazo».

-«Es maravilloso que alguien que sabe mucho del escenario y del mundo de los monólogos te pueda echar un capote», afirma.

Las características de ‘Espain’, obligan a ‘La Shica’ a trabajar de una forma que no es habitual en ella. Aquí no cabe, por ahora, la improvisación. Al contrario se necesita que todo este muy medido y sincronice perfectamente porque lo que se ofrece es la suma final de muchos elementos. La propia música, los juegos de luces, los monólogos o los vídeos que se proyectan de forma simultánea al transcurso del espectáculo.

Un esfuerzo del que se siente orgullosa y que le ha merecido la pena hacer. A pesar de las dificultades con las que se enfrentan en estos tiempos todos los trabajadores de la Cultura. Un momento en que la creatividad está en máximos y, sin embargo, el panorama ha empeorado sustancialmente. Tanto que parece difícil que pueda empeorar mucho más en los próximos meses.

-«Tendrían que ‘currárselo’ mogollón para que esto se pusiera peor. Ya, por supuesto, no hay subvenciones, ya, por supuesto, no hay ninguna ayuda, ya, por supuesto, no hay nada…Pero es que encima con el 21% de IVA no te salen las cuentas. Eso quien llene. Llenas, haces una caja genial, repartes, pagas a todo el mundo, le quitas el 21% y te quedan cuatro duros. Hay que tener mucho amor por el escenario para seguir. O tener carrera en Latinoamérica que también, así se puede aguantar», explica.

Sin embargo, los artistas resisten y casi a punto de convertirse en una especie en extinción buscan fórmulas para poder seguir ofreciendo espectáculos al público e impedir que la llama de la cultura popular se apague definitivamente.

Es el momento de terminar la entrevista y prepararse para disfrutar del espectáculo. Y eso hacemos, pero antes de concluir, ‘La Shica’ quiere dejar un mensaje para sus incondicionales.

-«Haced el favor de venir a ver ‘Espain’ al Alcázar que es un teatro muy grande», dice.

-«Y hay que llenarlo hasta la bandera», añado yo.

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