El actor se incorpora con honores a la nómina de artistas ‘odiados’ por los sectores conservadores radicales. El actor Juan Diego Botto y su último espectáculo ‘Un trozo invisible de este mundo’ fueron los triunfadores de los Premios Max de este año, tras conseguir cuatro ‘estatuillas’.
El reconocimiento otorgado a este actor por la profesión en estos galardones, los más importantes que se conceden en el sector español de las artes escénicas no han sentado bien a los grupos conservadores más radicales, todavía en pleno ‘shock’ tras los buenos resultados de Podemos en las elecciones europeos.
Botto forma parte del grupo de artistas más jóvenes a quienes se relaciona con los movimientos de izquierda y se mueve en el entorno de Podemos y otros grupos relacionados con el 15M y las protestas contra los recortes y el neoliberalismo.
Se dejo ver, por ejemplo, entre los organizadores de la gran manifestación de las marchas de la dignidad y aunque no tuvo tanto protagonismo como Willy Toledo, su figura y su trabajo son populares y muy valorados en todos estos ambientes con los que ha comprometido su apoyo.
Quizá por eso, su discurso en la gala de los Max ha empezado a recibir duras críticas en los portales de Internet más afines a la derecha, de las que tampoco se libra Sergio Peris-Mencheta un estrecho colaborador de Botto.
En ‘La Gaceta’, por ejemplo, que titula ‘La Izquierda gana los Premios Max’ se dice que «el subvencionado gremio de los actores de volvió a usar un acto público con fines políticos».
Este es el tono que se utiliza, en general, en los medios afines a la derecha conservadora, donde, además, se deslizan críticas veladas contra Ana Botella por permitir que la obra premiada se represente en el Matadero de Madrid, un local propiedad del Ayuntamiento.
Tampoco sentaron nada bien las ‘pegatinas’ de ‘Stop Deshaucios’ o la Marea Verde, la que se opone a los recortes en educación que lucieron algunos asistentes a la gala.
El hecho de que el acto fuera retransmitido por RTVE en la 2, algo que sucede todos los años, tampoco ha gustado en estos ambientes en los que se critica al presidente del ente público, Leopoldo González Echenique por la emisión de un espectáculo tan ‘chabacano’.
