Miami apuesta por la Opera y el arte para cambiar de imagen

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Miami apuesta por la Opera y el arte para cambiar de imagen

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Miami quiere cambiar de imagen y dejar de ser una ciudad relacionada fundamentalmente con el fulgor de los nuevos ricos latinos y los sucedáneos de la música cubana. En los últimos años, las autoridades de Miami y su sociedad civil, sobre todo la anglosajona, están haciendo verdaderos esfuerzos por cambiar la imagen de una ciudad que sólo parece capaz de atraer a un tipo único de propietarios de grandes fortunas: los nuevos ricos latinos.

Estos sí aportan dinero, pero, según algunas fuentes consultadas por este diario, no constituyen una comunidad con la elegancia y el estilo necesario para rivalizar, por ejemplo, con Nueva York, la verdadera capital de EEUU y quizá del mundo.

Aquí parecen sobrar sol, casinos y discotecas y faltar otro tipo de entretenimiento. La situación empezó a cambiar cuando la prestigiosa feria de arte moderno ArtBasel, con sede en Basilea, decidió celebrar anualmente un certamen en esta ciudad.

Ahora le toca el turno a la mejora sustancial de la oferta de eventos relacionados con la música clásica que se programan en los espacios previstos para ello en el Centro Adrienne Arsht para las Artes Escénicas que ha diseñado el arquitecto argentino Cesar Pelli.

De momento, el futuro pasa por un refuerzo de la programación operística, todavía muy lejos de la primera división mundial y por un mayor desarrollo de las dos orquestas sinfónicas de la ciudad que aún no han alcanzado todo su potencial. Mientras tanto, las frecuentes visitas a la ciudad de la Orquesta de Cleveland sirven para contentar a los impacientes melómanos.

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