Sincronía

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Las Amigas de Nadie El niño by Las Amigas de Nadie on Grooveshark

Mientras cualquier artista anglosajón, ya haya nacido en Australia, Reino Unido o EEUU, tiene posibilidades de llegar a una audiencia global que ni siquiera está limitada a los países en los que se habla en inglés, los grupos y solistas que cantan en castellano disponen de mercados mucho más restringidos que, con alguna excepción gloriosa, se circunscriben únicamente a sus países de origen.

Y esa manía histórica de la comunidad iberoamericana de no apreciar la cultura de los países vecinos impide que propuestas tan interesantes como la realizada por la joven banda peruana Las Amigas de Nadie ser tan conocidas como merecerían.

Es cierto que no se trata de un caso único. Hay muchas grupos y solistas en España, Cuba, Colombia, México, Argentina o Chile, que se enfrentan a limitaciones similares, pero, dentro de esa tendencia general, el aislamiento es aún superior cuando hablamos de la música moderna producida en Perú que casi nunca consigue trascender a sus fronteras.

Aunque quizá la cosas cambien porque gracias, precisamente a este Sincronía del que vamos a hablarles hoy, estas cuatro chicas han conseguido una aún tibia respuesta del público mexicano puede ser el principio de un futuro brillante.

La banda dio sus primeros pasos en 2008 y desde entonces, con algunos cambios de formación, han lanzado un par de discos interesantes que abrieron el camino para la aparición de este álbum, en el que se consolidan algunos de los hallazgos musicales que se atisbaban en sus primeros trabajos.

Parece que las cuatro componentes actuales (Grabiela Gastelumendi a las voces, Ale Hop y Katia de la Cruz a las guitarras y programaciones y Estefanía Aliaga en el bajo y los coros) han encontrado un camino por el que transitar que mezcla influencias muy dispares y empieza a beneficiarse de un aire distinto y personalizado basado en las melodías sugerentes, y unos arreglos marcados por la electricidad y los delirios oníricos.

Sincronía no es aún la obra maestra que quizá Las Amigas de Nadie lleguen a grabar algún día, pero sí está muy por encima de la media y aporta muchos momentos de gran seducción sonora. Hay aquí reminiscencias de grupos punteros de los noventa como los españoles Los Planetas, en ese uso de la voz como un instrumento más que, a veces, se confunde entre la maraña sonora que proporciona la instrumentación. Un recurso que no siempre les beneficia porque impide al oyente disfrutar como podría de los inteligentes textos de las canciones.

Mejores cuanto más poperas y tarareables, las ocho epopeyas de amor y desamor, marcadas por un presente casi trágico y un posible futuro incierto que incluye ‘Sincronía’ dan mucho que pensar. Empezando por ‘Algún día’, la canción más redonda de todas, cuya seductora melodía envuelve una situación dramática que contrasta con la presunta ingenuidad que parece desprender el tema.

Una historia esta, la del fin inevitable de algún amor imposible y, quizá malsano, que se repite en ‘Doce Pasos’, el ‘bonus track’, una curiosa interpretación de los mandamientos de Alcohólicos Anónimos que describe la imposibilidad de deshacerse de ciertas adicciones. Sobre todo de las relacionadas con las adiciones personales.

Hay más sorpresas agradables que reseñar, como por ejemplo, los aires folklóricos de la guitarra de cuerdas de nylon que se utiliza en ‘El Niño’, la suave melancolía pegajosa que se desprende de los múltiples coros iniciales que utilizan en ‘Otoño’ hasta que el tema estalla en un medio tiempo bailable y lleno de dinamismo épico o el ambiente desquiciado de la desgarradora ‘Espiral’ que abre esta colección de canciones.

En definitiva un trabajo en el que merece la pena sumergirse y que, a buen seguro, si estuviera firmado por alguna banda neoyorquina y hubiera sido mencionado por los articulistas de la ‘todopoderosa’ página web Pitchfork estaría sonando en todas las radios modernas del mundo y permitiría a estas cuatro chicas ‘colarse’ en los carteles de los grandes festivales ‘indies’. Pero, como son de Lima y no de New Jersey o Manchester tendrán que tener paciencia y seguir peleando para captar la atención de los medios especializados. Por nosotros que no quede.

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