El sucesor de Teddy Bautista en la SGAE prepara el terreno para que se aprueben sus primeras cuentas

Anton Reixa se la juega el jueves. La Asamblea General tiene que aprobar sus primeras cuentas desde que llegó a la Presidencia hace un año y no las tiene todas consigo ante el malestar creciente de los autores por, entre otras cosas, no recibir el dinero que prometió de un fondo con derechos pendientes de identificación de la época de su polémico antecesor Teddy Bautista.

Todos los esfuerzos son pocos para lograr el apoyo de la mayoría de los socios en la que será la Asamblea General de la SGAE más democrática, ya que votarán muchos más autores después de la reformar electoral que impulsó la actual Junta directiva.

En un intento de calmar los ánimos, Reixa ha enviado a todos los socios de la entidad un email en el que ofrece explicaciones sobre varias polémicas que han acompañado a su gestión este último año.

Sobre el plan de rescate de los derechos pendientes de identificación que la SGAE cobró en época de Bautista pero que no ha repartido entre sus asociados, Reixa asegura que ya se han abonado 74,8 millones de euros, una cantidad de la que se habrían beneficiado “22.521 autores, 1.924 editores y 221 sociedades de autor”.

El presidente de la SGAE también informa de que la entidad registró en 2012 unas pérdidas de 1,8 millones de euros debido especialmente a “una caída brutal” de la demanda cultural, pese a lo cual sus socios han cobrado, según Reixa, 384 millones de euros en concepto de derechos de autor.

Cese del director de la Zona Noroeste

En otro punto, se refiere a la destitución de Juan Carlos Fernández Fasero como delegado de la zona Noroeste seis meses después de su nombramiento. La llegada de Fasero a ese puesto levantó mucha polémica en la SGAE porque vino procedente de la Dirección General de la Agencia Gallega de las Industrias Culturales (Agadic), organismo público que concedió a la productora de Reixa una importante subvención para su musical ‘Galicia Caníbal’, una partida que se consideró “exagerada” en el mundillo.

El presidente de la SGAE aclara que en la concesión de ayudas directas a la distribución de espectáculos “no interviene ni participa” el director de Agadic, cargo que ocupaba Fasero cuando Filmanova, empresa de la que Reixa es accionista, recibió esa subvención para el musical ‘Galicia Caníbal’. Además, señala que por aquel entonces aún no había sido elegido presidente de la entidad de gestión de derechos de autor.

Precisamente, la relación con Fasero le costó al dirigente de la SGAE una fuerte reprimenda en la junta directiva que la institución celebró a principios de abril. La tensión llegó hasta tal punto que Reixa tuvo que someterse a una moción de confianza en la que 10 directivos pidieron su dimisión. No obstante, pasó el trago gracias al apoyo de otros 27 integrantes (más dos abstenciones).

Contrato con Thesan Capital

Otro asunto que Reixa se apresura a aclarar se refiere a la contratación de Thesan Capital por parte de la Fundación Autor para que venda 10 edificios de la SGAE en todo el mundo. La polémica viene porque este fondo de capital recibe unos honorarios fijos de medio millón de euros venda o no venda.

El presidente de la SGAE enlaza un documento en el que se confirman estos honorarios fijos y se especifican los variables en función de las desinversiones. Así, Thesan Capital facturó entre septiembre de 2012 y el pasado mes de mayo 350.000 euros en honorarios fijos. A esta cantidad se suman las retribuciones variables por la venta de las acciones de Vitama, el Teatro Cervantes y la Casona. Total, 1,8 millones de euros en menos de un año. El documento señala que este mismo mes la Fundación Autor “ha desistido del contrato”.

Malestar de AMA

Reixa ofrecerá estas explicaciones dentro de dos días durante la Asamblea General, donde también tendrá que hacer frente al malestar de Autores de Música Asociados (AMA). Este grupo de compositores integrados en el Colegio de Pequeño Derecho colgó hace un par de semanas en su blog un comunicado en el realiza una dura crítica a Antón Reixa y su equipo por “el momento y la forma” en que han planteado su ataque contra las “emisiones musicales nocturnas”.

Para los directivos de AMA es inadmisible que “en nombre de los autores se abra una guerra dentro de la profesión” con acusaciones que implican señalar a algunos con nombre y apellidos y que salpican a “más de seiscientos autores”. Desde esta asociación, además, se defiende a las televisiones por brindar oportunidades a los músicos de jazz, de flamenco y de otras músicas que nunca han contado con el apoyo de la industria.

En AMA piensan que “lo único que tiene que salir en los medios de comunicación por parte de la entidad obligada a defender nuestros derechos es nuestro desacuerdo con los dos temas que nos preocupan seriamente: la subida del IVA al 21% y la tremenda agresión que supone para nuestra profesión el anteproyecto de Ley de Propiedad Intelectual que pretende aprobar el gobierno”.

Apoyo de Warner

En el último episodio de esta guerra fratricida, ha aparecido la Warner, que se ha posicionado con Reixa para acabar con los cada vez más poderosos críticos.

En una carta enviada a socios, managers y autores, Álvaro de Torres, director de la editorial Warner Chappel, pide el voto para la aprobación de una cuentas que reconoce pésimas, por el efecto de la necesidad de provisional 30 millones de euros para saneamientos derivados de la mala gestión de Teddy. También explica que la espectacular caída de las cantidades liquidadas a los ‘autores de repertorio’ libre tiene que ver con la crisis, pero pone el acento en la ‘competencia desleal’ que realizan los ‘autores televisivos’.

Reixa y sus aliados, en especial los editores, cineastas y autores de obras de teatro saben que si no logran la aprobación de las cuentas del primer ejercicio completo de la nueva directiva, su posición está en grave peligro. Cartas, correos electrónicos, reuniones sectoriales, el esfuerzo es total.

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