La nueva SGAE acusa a las televisiones de tolerar la acción de redes mafiosas que estafan a los autores

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La nueva SGAE acusa a las televisiones de tolerar la acción de redes mafiosas que estafan a los autores

Las televisiones siempre han sido reacias a pagar derechos de autor por la música que emiten y han encontrado fórmulas para reducir sustancialmente la factura. Y también, según denuncia Antón Reixa, el nuevo presidente de la SGAE, han “propiciado”, o por lo menos “tolerado´’ la acción de redes de intermediarios que ‘esquilman’ a los autores.

En una carta enviada a sus socios, Reixa pone el punto de mira en unas prácticas que permiten a un grupo muy reducido de autores, liderar la recaudación de derechos, amparados por las editoriales de las televisiones privadas, con un formato cercano a la estafa, ante la que los responsables de las principales cadenas españolas, cuando menos se inhiben.

La mayoría de las televisiones privadas han fundado compañías editoriales para recuperar, legalmente, al menos el 50% del dinero que pagan por el uso del repertorio de la SGAE firmando acuerdos con los autores a los que ‘obligan’, según algunas fuentes consultadas, o con los que ‘negocian’, según otras, para conseguir que las obras se publiquen en las editoriales de las televisiones y la cesión de la mitad de los derechos.

Este 50%, el máximo permitido por la ley, se estaría sorteando gracias a la aparición de intermediarios que exigen ser considerados ‘coautores’ del repertorio para facilitar su emisión en programas nocturnos de todo tipo. Según Reixa, incluso, obligan a los interesados a pagar la producción de los vídeos que luego las cadenas privadas emitirán de madrugada.

Al final la televisión pagará los derechos, pero el verdadero autor, no capta el 50% que le corresponde. Aún así, en su denuncia Reixa reconoce que hay autores importantes de jazz y de flamenco que entran en el juego porque, a pesar de todo, les debe resultar rentable.

Sin embargo, el resto de los autores se verían perjudicados por una práctica que, gracias a la ingente cantidad de títulos registrados, a veces sólo nuevos arreglos de viejo repertorio de dominio público, alcanzan altos porcentajes del reparto correspondiente a los derechos totales y reducen, en un momento de caída libre de la recaudación, las cantidades a distribuir entre el resto de los socios.

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