CCOO ha reaccionado con rapidez al comunicado de la dirección de RTVE de ayer que abría, muy a la baja, la negociación del convenio. Desde el sindicato acusan al presidente, Leopoldo González-Echenique de intentar imponer en ‘neoesclavismo’ en el ente.
En una nota distribuida hoy por este sindicato entre los trabajadores de la casa se califica de “ataque salvaje a los derechos laborales”, la primera propuesta presentada por la empresa para iniciar las conversaciones.
En principio, no parece haber demasiada voluntad de acuerdo. Los objetivos marcados tendrían que cumplirse sí o sí porque en caso contrario se procedería a realizar un ERE en el que se aplicaría con toda su crudeza la última reforma laboral.
La dirección quiere que el convenio, que tendría que estar firmado antes del 30 de junio, tenga una vigencia de tres años. Sin embargo, sólo garantizaría el empleo durante dos. Una contradicción sobra la que la dirección no habría dado explicaciones.
Hay, además, cosas más lacerantes para la plantilla. Como el hecho de que el recorte de la masa salarial, evaluado en 35 millones de euros, se vaya a reinvertir en la elaboración de programas. Pero, esos programas, no necesariamente, tendrían que ser de producción propia.
Las posibles medidas concretas planteadas para conseguir el ajuste pasarían, entre otras, por suprimir un porcentaje, aún no determinado del sueldo, en las pagas de marzo y septiembre, la eliminación de los ‘niveles’ salariales en los grupos, congelación de la antigüedad y homogeneización de los trienios, eliminación de la paga de diez años y de las vacaciones por 20 años de servicio.
Habría colectivos, como la Orquesta y Coro de RTVE a los que se les cambiaría hasta la naturaleza jurídica del contrato. Se les haría fijos discontinuos, para que sólo trabajaran ocho meses al año y los cuatro restantes cobraran el paro.
Además, como curiosidad, en CCOO destacan que los planteamientos de recortes y de supresión de derechos laborales que incluye este documento no se trasladen a la directiva. La empresa considera suficiente la reducción de la estructura que hizo recientemente y no aplicará recortes a los sueldos, ni de los altos cargos, ni del consejo de administración.
