Estricnina, la rumba psicodélica que pide paso

El Canijo de Jérez y Juanito Makande se alían para revivir el espíritu aventurero de los primeros rockeros andaluces. ¿Es posible combinar a El Chocolate con Jimi Hendrix? ¿Existen puntos de conexión entre la música de Manolo Caracol y la de Frank Zappa? Para los pioneros del rock andaluz que pululaban por Sevilla a principios de la década de los setenta y para muchos aficionados está claro que sí. También para Estricnina.
 
A lo mejor se trata de una conspiración astral. De una vuelta de tuerca del karma que hace posible la reivindicación tardía del trabajo de tipos grandes, y muy admirados en Sevilla, como los primeros Smash. En ‘Jot Down’ entrevistan a Gualberto y Juanito Makandé y El Canijo de Jérez aparcan temporalmente sus carreras en solitario para aliarse en un dúo feliz.
 
El proyecto se llama Estricnina, ya lo he dicho antes. Y se estrena con un primer disco titulado ‘Hemos visto cosas que harían vomitar a un murciélago’, en el que se abonan a la rumba psicodélica y a los guitarrazos eléctricos cargados de efectos. También a los zarpazos de órgano hammond y a los bajos que cabalgan sobre ritmos eufóricos.
 
No falta tampoco el abaniqueo contagioso de un buen ventilador que pone en marcha el motor de los temas con su alma agitanada de cuerdas de nailon. Un toque de distinción sureña que complementa este sabroso mejunje sonoro y amplia sus más que evidentes posibilidades comerciales.
 
Hay otros guiños que pueden encantar a la afición veterana. Por ejemplo, que Canijo y Makande hayan bautizado a su banda de acompañamiento con el nombre de Los Murciélagos. El mismo con el que empezaron a dar guerra en los lejanos años sesenta del pasado siblo, rockeros sureños míticos como el ya mencionado Gualberto o Silvio, que entonces empuñaba unas baquetas.
 
Y puede ser casual o no, pero en la nota de prensa que se ha distribuido para apoyar el lanzamiento del proyecto dicen textualmente que “Estricnina es heredero directo de Pata Negra, Triana y Smash” y hablan de aquellos lejanos tiempos en que “Sevilla era el Liverpool de España”. Como mínimo habrá que alabarles el gusto a la hora de seleccionar las referencias. ¿No les parece?