La banda colombiana presenta en España su sabroso maridaje entre los ritmos caribeños y la riqueza armónica del jazz. Según cuentan las crónicas eruditas que cualquier aficionado concienzudo puede encontrar en Internet en la década de los cincuenta del pasado siglo, la ciudad de Medellín se convirtió en el centro de la industria discográfica colombiana y propició una explosión de creatividad. Una época dorada que quizá pueda repetirse ahora, gracias a bandas como Metropolizón.
La especialidad de este numeroso grupo tampoco es del todo ‘nueva’ quizá, pero a mi si me lo parece. Tal vez porque no dispongo de antecedentes sobre otras notables misturas realizadas alrededor de la mezcla de las armonías imaginativas y la improvisación habitual del jazz y los sonidos de la Colombia tropical, como el ‘porro’ y la cumbia.
Lo de Metropolizón puede sonar a jazz latino y evocar algún sabroso mejunje afrocubano o las cabalgadas de Tito Puente o los buenos momentos de las orquestas de Fania, pero ninguno de esos sonidos, almacenados en nuestros discos duros cerebrales y nuestras discotecas se parecen en realidad al universo musical de esta interesante banda.
Quizá la diferencia esté en la importancia y la ductilidad de sus cuatro percusionistas Kiko Cabana en el tambor alegre, José Villa en la tambora, David Robledo en el llamador y Juan Rafael Granda en las maracas, una verdadera columna vertebral contundente e imaginativa que permite al resto de los instrumentistas evolucionar con libertad.
Y, al fin y al cabo, la belleza es el objetivo final del conjunto, cuya potente sección rítmica completa el contrabajista Eduardo Gonzales, sobre quien se apoyan también los dos solistas el pianista Sam Farley, un ‘gringo’ que se las apaña para aportar un completo entramado armónico, y el imaginativo saxofonista Juan Fernando Giraldo.
Metropolizón tienen un disco, titulado simplemente con el nombre del grupo, que ha sido editado en vinilo por Discos Corrientes, una particular discográfica que también ha puesto mucho de su parte en el actual renacimiento de Medellín como catalizador de las nuevas músicas del que hablábamos antes. Y que ustedes pueden escuchar, además, en las plataformas de ‘streaming’ habituales.
Y, por suerte para todos los madrileños interesados en probar los sabores sonoros más exóticos y disfrutar de ellos, esta notable banda colombiana ofrecerá un par de conciertos esta misma semana en la capital de España, en el Rincón del Arte Nuevo y el Café Berlín, acompañada, por Gordo’s Project, otro grupo interesante del que prometemos hablarles pronto, con el que comparten sello.
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Metropolizón, el swing más tropical de Medellín
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