El conocido ultraderechista convierte a Pablo Iglesias en el ‘nuevo’ José Antonio Primo de Rivera. Ricardo Sáenz de Ynestrillas vuelve a ser foco de atención tras haber cambiado su avatar en las redes sociales para insertar el círculo blanco sobre fondo morado de Podemos. Muchos tuiteros han mostrado su sorpresa ante el gesto de apoyo del ultraderechista a esta formación, sin embargo, hace meses que el polémico abogado alabó el discurso de Pablo Iglesias, equiparándolo con el de José Antonio Primo de Rivera.
Ynestrillas, que militó en las juventudes de Fuerza Nueva y en La Falange, afirmó el pasado mes de noviembre que el discurso de Iglesias es, “dulcificado”, el de “la genuina Falange de José Antonio”. Ayer, en su perfil de Facebook, señalaba que lleva “meses mostrando mi apoyo a Podemos por su proximidad al discurso que reivindicamos quienes nos sentimos herederos de la Falange Auténtica y primigenia. Quienes apostamos realmente por la Revolución nacional y sindical. No es exactamente lo que me gustaría (se me queda muy corto) pero es lo que más se acerca”.
Los tuiteros, sin embargo, no daban crédito a esta carambola de Ynestrillas e incluso hay quien cree que el perfil @RSYnestrillas es un ‘fake’. No pocos preguntan al “republicano”, como se define ahora, qué opinan sus excompañeros de Falange sobre este giro en su discurso. Muchos también le afean que apoye a un partido político al que consideran ambiguo con ETA cuando la banda terrorista fue la responsable del asesinato de su padre.
Ynestrillas se deja coleta. Podemos. pic.twitter.com/XRzIUsDgYm
— Almudena Negro (@almudenanegro) febrero 16, 2015
Sintonía de Ynestrillas con los postulados de #Podemos. A la derecha, votando a mano alzada en una asamblea ciudadana pic.twitter.com/PkglXj8sBm
— Manuel García (@Candeliano) febrero 16, 2015
Ynestrillas, hijo de un militar asesinado en 1986 por ETA, fue durante unos años la cara más reconocible de la ultraderecha española. Tras mostrar su apoyo al 15m, el año pasado creó el grupo “revolucionario” ‘La Bandera Negra’.
