Esta congregación de líderes, que en sus inicios mostraban una tendencia cerrada, ha decidido unir fuerzas a otras agrupaciones para, según aseguran, favorecer la paz mundial. Miguel Ángel Taus y Clemente Úbeda, miembros del Club Rotario Madrid-Serrano, expusieron recientemente en el Casino de Madrid, mediante la ponencia ‘Los Rotarios en el mundo del siglo XXI. Presente y futuro’, su compromiso en favorecer a la comunidad global, calificándose como una “sociedad abierta” alejada del secretismo que la caracterizó en otra época.
Si bien la etimología de los vocablos clan y clandestino no es compartida, sí lo eran hasta hace unos años los significados en lo que a los Rotarios respecta: la “unión por fuertes vínculos y con tendencia exclusivista” del primero se añadía a “secreto, oculto” del segundo. Pero los tiempos de oscurantismo terminaron…
Esta organización de proyección mundial integra 1,2 millones de socios -5.000 de ellos en España- distribuidos en 33.000 clubes en más de 200 países. Agrupa “líderes” (se hacen llamar así, eludiendo el calificativo elitista) que “aportan saber, tiempo y dinero a la comunidad con el fin de hacer del mundo un lugar mejor, a través del servicio humanitario”, pues estos dirigentes empresariales, profesionales y cívicos aspiran a la práctica de “elevadas normas éticas en todas las ocupaciones”. Se consideran tolerantes, ya que son apolíticos, aconfesionales y prima la amistad a nivel internacional; por ello conviven masones, musulmanes, hinchas del Atlético o partidarios de la causa verde: es un reflejo de la sociedad y lo que se valora es maestría y rectitud, no sus afinidades. Sabedores de que el trato interpersonal es unión, tienen por norma reunirse semanalmente para comer o cenar en cualquiera de los clubes rotarios (19 en Madrid), que son hoteles de primera línea (Ritz, Palace, Villamagna…).
Entre las personas que han nutrido y nutren sus filas se encuentran políticos (Kennedy, Margaret Thatcher, Sarkozy), militares (McArthur), religiosos (el mismo papa Francisco), científicos (Edison, Stephen Hawking), artistas (Cantinflas, Pavarotti, Beyoncé)…
El logotipo que representa estos adalides -y que suelen llevar en forma de pin- es una rueda dentada -otrora lucía polvo para indicar actividad- a modo de pieza de engranaje; además, presenta un hueco donde se colocaría la biela que le produce la fuerza motriz: los socios. El lema rotario desde 1990 es Dar de sí antes de pensar en sí, sustituyendo al precedente: Se beneficia más el que mejor sirve.
La corporación nació en Chicago en 1905, cuando Paul Harris (abogado) se unió a otros tres profesionales (un comerciante de carbón, un ingeniero de minas y un sastre) para sumar saberes e intercambiar conocimiento, dándose soporte en caso de necesidad. Por ello, es requisito en los clubes que los miembros sean los más cualificados, pero de distintas profesiones. Se fundamenta en la amistad de los rotarios, siendo un paso más hacer partícipe a la sociedad del fruto surgido por su colaboración, gracias a la vocación de servicio que los caracteriza: comparten valores y juntos se comprometen por el bien de los demás “haciendo rotarismo”, como se refieren a sus actuaciones. Muchos desconocen es que en el parque del Oeste de Madrid, en la confluencia del Paseo de Rosales y la calle Marqués de Urquijo, se encuentra un busto de Paul Harris.
En 1917 un emigrante asturiano fundó en La Habana la primera delegación Rotary de habla no inglesa, llegando a Madrid (hotel Palace) en 1920, la más antigua de Europa. En la época de Franco, sin embargo, cambió el nombre por Sociedad de Turismo. Las mujeres no se incorporaron hasta 1989.
En la base de su estructura se encuentran los clubes (que eligen anualmente a sus presidentes para evitar el apego al poder), cuyos miembros tienen autonomía. A su vez se agrupan geográficamente en distritos (en España hay tres; en el mundo, 531 organizados en 34 zonas, conformadas por el mismo número de rotarios), que facilitan los contactos entre los clubes y que son administrados por gobernadores. Hay una junta directiva de 19 integrantes y una secretaría internacional más un consejo legislativo. Por otro lado, según sea la franja de edad de los participantes existen subclubes de servicio: Interact cubre a los jóvenes de 12 a 18 años y Rotaract abarca a los de 18 a 30 años.
Como propósito común a nivel mundial, desde 1988 se estableció erradicar la polio antes del 2006 pero, visto que no se consiguió, se reflexionó acerca de si no sería mejor sumar su esfuerzo al de otras empresas con el mismo fin, para lo cual convenía salir a la luz y poner de manifiesto sus obras en pro de la mejora global. De esta forma, Rotary International colabora con la OMS, siendo Bill Gates es uno de los mayores contribuyentes con sus aportaciones económicas –a instancias de su tío, que vivió en primera persona la enfermedad de la hermana-.
Por otro lado, decir que, entre otros, el Club Rotario de Nueva York jugó un papel fundamental durante los años de formación de las Naciones Unidas. Más de 60 años después, Rotary International aún mantiene un importante estatus consultivo en esta organización, siendo un fuerte y productivo actor en los logros de los Objetivos de Desarrollo del Milenium del año 2000, que incluye la mencionada erradicación global de la polio, intercambios culturales, educación, proyectos sanitarios e hidrológicos, así como conferencias para la promoción de la paz alrededor del mundo.
En esta línea funciona en España la Fundación Rotaria que, con supervisión financiera y auspiciada por su “historial filantrópico”, transforma subvenciones y donaciones en proyectos, como el soporte que brinda a Cáritas, transportando con una furgoneta el menú que una importante cadena de hoteles sirve a sus empleados.
