¿Acaso las propias autoridades norteamericanas no tenían conocimiento de ello y dieron su visto bueno a través de las tantas agencias y organismos que tienen que ver con ello? Que yo sepa, no llegaron desde un trampolín en largo viaje con escala en Hanoi para continuar viaje a La Habana, sino desde un aeropuerto de su país y en una compañía autorizada para viajar a la isla.
Y todo parece indicar, recalco lo de parece indicar, que al conocer que el medio donde publicaría la nota era Progreso Semanal, radicado en Miami, se espantaron como el diablo ante la cruz.
Y que se sepa, no están de anónimos porque ya en las redes aparecen fotos de los muchachos en singulares visitas.
Nada, damas y caballeros, que con miedo no se puede visitar Cuba. Y no digo más, que hay amigos de por medio.