Complejo de disrupciones

Tribuna

Complejo de disrupciones

El complejo simultáneo de disrupciones de diverso tipo y en diversos ámbitos es la realidad que sustenta e impulsa la llamada "Cuarta Revolución Industrial" (4IR).

Criptomonedas

El complejo simultáneo de disrupciones de diverso tipo y en diversos ámbitos es la realidad que sustenta e impulsa la llamada «Cuarta Revolución Industrial» (4IR). No hay un único factor generador. Tiende cada vez más a basarse en el uso e intercambio digital de datos y la «maquinización» y en la modificación radical de los conceptos empresariales y los procesos logísticos, productivos, de distribución, los sistema de pagos y el consumo.

La criptoeconomía aporta el valor agregado de a) la cadena de bloques, b) la seguridad dada por la encriptación, c) la facilitación de transmisión de valor de la tokenización, d) los contratos inteligentes útiles a la coordinación y e) el imaginario de una economía y; sobre todo, unas finanzas descentralizadas y más versátiles y con menor dominio por parte del sector bancario y financiero, tal como conocido.

Con amplitud de miras, y en función de la posibilidad de una muy superior soberanía del consumidor, imagine el impacto sobre la banca de un mayor nivel de educación e instrucción para el consumo y los pagos, la expansión y popularización de la Internet y los teléfonos inteligentes y la disponibilidad de las facilidades P2P de la Criptoeconomía.

O, con mayor amplitud aún, en la línea de desarrollos tecnológicos de avanzada, los ejemplos de un carro autónomo que se surte de combustible y verifica su estado y es intervenido «maquinizadamente», sin operarios. O un refrigerador que diagnostica los víveres faltantes y ordena y paga pedidos a proveedores también «maquinizados».

¿Cuáles serán los medios de pago más apropiados en tales situaciones? En una evaluación general, vale preguntarse sobre las ventajas relativas de a) la banca tradicional, b) las actuales empresas tecnológicas de sistemas de pagos (Visa, MasterCard, etc.), c) las soluciones tipo Paypal, o d) los medios criptoeconómicos para el proceso de pagos y su racionalización en beneficio de los consumidores. No tengo dudas sobre la superioridad económica de los últimos.

Recuérdese, al efecto, por ejemplo, que Iota, la criptomoneda, se postula y se desarrolló como medio de pago para el Internet de las cosas (IofT). Dash insiste en mejorar sus prestaciones como token de pagos para microconsumidores, entre otros. Pero, no sólo eso. Día a día surgen nuevos desarrollos para el mismo servicio en el amplio campo abierto por el complejo de disrupciones en diversos ámbitos. «Billetes» de criptomonedas, para citar un ejemplo sencillo.

La disrupción no es solo tecnológica, entonces. Es también cultural, económica, organizacional, institucional, política, de la globalización y de la apropiación de la historia. Ya vimos que modifica radicalmente toda la cadena de los procesos económicos. Pero, además lo hace lo en todos los sectores de actividad. Es un complejo de complejos, para ser francos. Situación propia para la gestión de sistemas de alta complejidad. Exigente; pero, promisoria.

Ese es el contexto, dentro del cual, la Criptoeconomía. Se requiere comprenderlo y gestionarlo bien. La Ley de Ashby nos dice que solo la complejidad (organizativa) domina la complejidad (real). Para una realidad así, nos viene a la memoria una propuesta de gestión nuestra de los ’90 y la década pasada, que llamamos «Ménage à Quatre» (asunto o administración por cuatro agentes), incipientemente aplicada en nuestro país en los ’90; discutida en medios españoles y al menos una universidad mexicana durante la década pasada; y ahora, válida para una realidad como la expuesta. Se trata de juntar, en tareas de gobernanza de los procesos de interés, a un grupo colegiado con participación de gobierno, universidades, involucrados y comunidad.

Para nuestra satisfacción, es la aproximación que observamos, para el tipo de asunto que nos interesa ahora, en una universidad mexicana (Universidad de Nuevo León. Iniciativa Nuevo León 4.0), de acuerdo a la cual, se define un «ecosistema de colaboración» con base en una «cuádruple hélice» (así la llaman), compuesta por gobierno, academia, industria y sociedad. Iniciativas como éstas son la solución organizacional para asumir el reto del aprovechamiento del entorno definido por el complejo de disrupciones.

En ellas están presentes los atributos «colaborativo» y «proactivo» que exigimos a nuestro modelo de gestión de la Criptoeconomía. Como expuesto, la formulación y gestión de políticas, estrategias y operaciones para la promoción y el desarrollo del campo lo trasciende y debe iniciarse en ese nivel del complejo de disrupciones. La prospectiva y la estrategia para ese complejo de complejos deben ser asumidas. Para la combinación de ellas y para cada línea. Las ideas sueltas comienzan a ordenarse.

***Santiago J. Guevara G., es economista venezolano, experto en Prospectiva, Estrategia y Gestión. Profesor universitario jubilado. Ejerce la Coordinación Adjunta de la Materia Interescuelas de FACES-UC (Universidad de Carabobo) en «Gerencia y Finanzas de Criptomonedas y Criptoactivos» y es facilitador del Diplomado en Criptomonedas del Ceate-FACES-UC. Es líder promotor del «Grupo de Deontología de la Criptoeconomía», basado en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo

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