Compartir piso por necesidad: el 11% de los inquilinos ya tiene entre 36 y 45 años
Pisos compartidos

Compartir piso por necesidad: el 11% de los inquilinos ya tiene entre 36 y 45 años

El peso de los inquilinos maduros crece y refleja un problema estructural de acceso a la vivienda.

Ilustración de dos personas trabajando en un piso compartido
Vivienda compartida

El mercado de alquiler de habitaciones en España muestra un cambio de perfil: mientras los jóvenes de 18 a 25 años siguen siendo mayoría, los inquilinos de entre 36 y 45 años representan ya el 11% del total. Según el informe de pisos.com sobre el mercado de pisos compartidos en 2025, Vizcaya se posiciona como la provincia con más presencia de inquilinos mayores, mientras Granada y Baleares marcan los extremos opuestos en cuanto a juventud y diversidad de edad.

El estudio, elaborado a partir de los datos de depisocompartido.com, confirma que el fenómeno de compartir vivienda ya no es exclusivo de los jóvenes universitarios, sino que se extiende a franjas de edad que tradicionalmente habrían accedido a un alquiler individual.

Un perfil cada vez más diverso y femenino

El 54,74% de las personas que buscan habitación son mujeres, frente al 45,26% de hombres. Esta mayoría femenina se mantiene en casi todas las provincias, con Granada como la que registra el porcentaje más alto de mujeres (59,94%) y Las Palmas como la más equilibrada (50%).

El aumento de inquilinos de mayor edad en el mercado de pisos compartidos no es anecdótico, sino que responde a un problema estructural de accesibilidad a la vivienda

El análisis por edades muestra que los jóvenes de entre 18 y 25 años concentran el 50,78% de la demanda, seguidos por los de 26 a 35 años (29,38%). A partir de los 36 años, la presencia de inquilinos es menor, pero crece año tras año, alcanzando el 10,98% entre los 36 y 45 años, el 6,57% entre los 46 y 60, y un 2,29% en mayores de 60.

Vizcaya lidera el alquiler entre mayores de 36 años

Por provincias, el informe revela patrones muy distintos. Granada lidera en la franja más joven, con un 71,05% de inquilinos entre 18 y 25 años, reflejo de su condición de ciudad universitaria. En cambio, Baleares es la única provincia donde el grupo predominante son los adultos de 26 a 35 años (41,98%), impulsados por la estacionalidad laboral y el peso del sector turístico.

Vizcaya concentra el 18,09% de los inquilinos de entre 36 y 45 años y el 8,19% de los que tienen entre 46 y 60, muy por encima de la media nacional

Vizcaya destaca también entre los mayores de 60 años (1,71%), frente al mínimo de Granada (0,11%), lo que refuerza el contraste regional del mercado.

Reparto de la demanda por grupos de edad

Tramo de edad Porcentaje de la demanda
18–25 años 50,78%
26–35 años 29,38%
36–45 años 10,98%
46–60 años 6,57%
Más de 60 años 2,29%

La distribución muestra una clara concentración juvenil, aunque el aumento del peso de los mayores de 30 y 40 años apunta a un mercado tensionado y a una menor capacidad para emanciparse o acceder a vivienda propia.

Un síntoma de desequilibrio estructural

Para Ferran Font, director de Estudios de pisos.com, “el hecho de que tengamos a inquilinos de 30, 35 o incluso 40 años compartiendo habitación indica que el mercado de la vivienda ha perdido completamente el equilibrio entre oferta, demanda y capacidad adquisitiva de la población”.

Compartir piso ha pasado de ser una elección juvenil a una necesidad para mantenerse en las grandes ciudades

El fenómeno refleja una transformación profunda del acceso a la vivienda: los precios del alquiler suben más rápido que los salarios, y el aumento de los tipos de interés ha cerrado la puerta de la compra a amplias capas de la población. En palabras de Font, “compartir piso ya no es una elección económica de juventud, sino una obligación para poder seguir viviendo en las grandes ciudades”.

El reto de la vivienda asequible

La consolidación de este patrón plantea desafíos para las políticas públicas: si los adultos de más de 35 años recurren al piso compartido, el problema trasciende la emancipación juvenil y afecta al conjunto del mercado.

Madrid y Barcelona, principales focos de demanda, muestran una concentración elevada de personas que comparten vivienda por falta de opciones asequibles, mientras que en provincias como Granada o Vizcaya las motivaciones se diversifican: estudiantes, profesionales temporales o trabajadores desplazados.

El aumento de inquilinos mayores obliga a repensar las políticas de vivienda asequible y el parque público de alquiler

El crecimiento de la demanda en franjas maduras obliga a repensar las estrategias de vivienda asequible, reforzar el parque público y estimular la rehabilitación urbana orientada al alquiler.

El piso compartido se ha convertido en un termómetro social: mide la dificultad creciente de acceder a una vivienda digna en España. Que el 11% de los inquilinos tenga entre 36 y 45 años no es una anécdota, sino el reflejo de un mercado cada vez más excluyente y de un país donde compartir habitación se ha vuelto, para muchos, la única opción posible.

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