Cómo pagan sus compras los españoles: ¿tarjeta o efectivo?

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Cómo pagan sus compras los españoles: ¿tarjeta o efectivo?

Descubre cómo ha evolucionado el uso de la tarjeta en España y cuál es la relación actual entre los pagos digitales y el efectivo. Analiza las diferencias generacionales y territoriales que influyen en las preferencias de pago de los españoles.

Pago en un comercio
Pago en un comercio
Si bien el pago digital y las transferencias vienen ganando terreno durante los últimos años, los españoles todavía prefieren el efectivo para sus compras y gastos diarios. Las tarjetas bancarias, por el otro lado, suelen utilizarse para compras mayores y gastos a largo plazo con beneficios de financiación y gastos vinculados a ellas. ¿Cómo prefieren pagar los españoles? En los últimos años, las formas de pago en España han experimentado una notable evolución y reflejan un cambio gradual en los hábitos de consumo de los ciudadanos. El uso del efectivo, aunque ha disminuido, sigue siendo la opción preferida por una parte significativa de la población española, aunque los pagos con tarjeta han ganado terreno de manera consistente. Según un informe del Banco Central Europeo (BCE), el efectivo sigue siendo el medio más común en las transacciones de puntos de venta en España, pero su participación ha disminuido considerablemente. En 2023, el 57 % de las transacciones se realizaron con efectivo, un porcentaje que muestra una caída respecto al 66 % registrado en 2022 y el 87 % de 2016. Pero si bien el uso del efectivo ha disminuido, sigue superando el de los pagos con tarjeta de crédito y débito, que representan el 32 % de las transacciones en 2023. Esta cifra se encuentra por debajo de la media de la eurozona, que alcanza el 39 % en el mismo ámbito. El descenso del uso del efectivo también se refleja en el valor de las transacciones: los pagos en efectivo representaron el 45 % del total en 2023, lo que supone una disminución de seis puntos con respecto a 2019 y una caída aún más pronunciada si se compara con 2016, cuando representaban el 68 %. A pesar de la caída en la utilización del efectivo, España sigue estando entre los países de la eurozona con un uso elevado de este medio de pago: es el quinto país con mayor proporción de pagos en efectivo en puntos de venta. Estos datos demuestran que, a pesar de los avances tecnológicos y el auge de los pagos digitales, el efectivo seguirá siendo un medio de pago ampliamente aceptado y utilizado por los españoles. Por otro lado, la adopción de pagos con tarjetas de débito y crédito ha ido en aumento y se ha consolidado como la segunda opción preferida, con un 32 % de las transacciones en 2023. A nivel europeo, los pagos con tarjeta han experimentado una tendencia similar, y si bien España sigue estando por debajo de la media de la eurozona (39 %), la diferencia se ha reducido en los últimos años. Esta preferencia por las tarjetas se debe, en parte, a su comodidad, rapidez y seguridad, especialmente en un contexto de crecimiento del comercio electrónico y la digitalización de servicios. El pago con aplicaciones móviles también ha experimentado un aumento en España, aunque sigue siendo una opción minoritaria. En 2023, este medio representa el 7 % de las transacciones en puntos de venta mediante aplicaciones de pago móvil, un incremento de un punto porcentual con respecto al promedio europeo. ¿Quiénes prefieren utilizar efectivo? Según los últimos datos del Banco de España, el uso del efectivo no es uniforme y depende de varios factores, como la edad, el lugar de residencia, el nivel educativo y otros aspectos socioeconómicos. A pesar de la tendencia hacia los pagos digitales, el efectivo sigue siendo una opción preferida por ciertos grupos, especialmente entre las personas mayores y aquellos que residen en municipios más pequeños. En general, las personas mayores de 65 años son las que más recurren al efectivo: un 78 % utiliza este medio de pago en comercios físicos. En contraste, entre los jóvenes de 18 a 34 años, el uso del efectivo baja considerablemente hasta el 39 %. Esto refleja una brecha generacional en las preferencias de pago: los más jóvenes se sienten más cómodos con los pagos digitales y las personas mayores confían en la familiaridad y comodidad del efectivo. El lugar de residencia también juega un papel importante: en las zonas rurales y en municipios con menos de 5000 habitantes, el 71 % de los habitantes prefieren pagar en efectivo. En cambio, en las grandes ciudades, especialmente aquellas con más de 500 000 habitantes, esta cifra se reduce al 47 %. Este patrón sugiere que las áreas más urbanizadas tienen mayor acceso a opciones de pago digitales, mientras que las zonas rurales siguen favoreciendo el efectivo. ¿Por qué se elige el efectivo frente a otras formas de pago? En cuanto a las motivaciones detrás de la preferencia por el efectivo, muchos usuarios destacan la comodidad y la familiaridad como razones clave. El hecho de que el efectivo les permita tener un control más tangible de sus gastos personales o familiares es otra razón mencionada frecuentemente. A menudo, los consumidores que optan por el efectivo indican que esta forma de pago les ayuda a evitar el endeudamiento y les permite administrar mejor su presupuesto. El nivel educativo también influye en las preferencias de pago. Las personas con menor nivel de estudios tienden a usar el efectivo con más frecuencia, mientras que aquellos con estudios superiores son más propensos a utilizar tarjetas o pagos móviles. Sin embargo, este factor es menos pronunciado que otros, como la edad y la ubicación geográfica. Por otro lado, en los últimos años ha habido un notable aumento de los pagos online, que representan el 22 % de las transacciones diarias en España, lo que indica una mayor adopción de medios digitales, especialmente entre los más jóvenes y los residentes en grandes ciudades. En cuanto a las percepciones de los consumidores, un 30 % de los españoles considera que es muy importante poder pagar en efectivo en los establecimientos, aunque esta cifra está por debajo de la media de la eurozona. Un 33 % considera que es bastante importante, y solo un 11 % afirma que no le importa no poder pagar en efectivo, lo que sitúa a España por debajo de la media europea en cuanto a la importancia de este método de pago. A pesar de la prevalencia del efectivo entre ciertos grupos, el uso de tarjetas y otros métodos de pago sin contacto sigue siendo preferido por el 49 % de los consumidores españoles, lo que refleja una tendencia hacia la digitalización de los pagos. Sin embargo, un 26 % de los españoles aún opta por pagar con efectivo, pese a que España es el segundo país de la eurozona, después de Bélgica, donde más complicado resulta retirar dinero en efectivo.

Si bien el pago digital y las transferencias vienen ganando terreno durante los últimos años, los españoles todavía prefieren el efectivo para sus compras y gastos diarios. Las tarjetas bancarias, por el otro lado, suelen utilizarse para compras mayores y gastos a largo plazo con beneficios de financiación y gastos vinculados a ellas.

¿Cómo prefieren pagar los españoles?

En los últimos años, las formas de pago en España han experimentado una notable evolución y reflejan un cambio gradual en los hábitos de consumo de los ciudadanos. El uso del efectivo, aunque ha disminuido, sigue siendo la opción preferida por una parte significativa de la población española, aunque los pagos con tarjeta han ganado terreno de manera consistente.

Según un informe del Banco Central Europeo (BCE), el efectivo sigue siendo el medio más común en las transacciones de puntos de venta en España, pero su participación ha disminuido considerablemente. En 2023, el 57 % de las transacciones se realizaron con efectivo, un porcentaje que muestra una caída respecto al 66 % registrado en 2022 y el 87 % de 2016.

Pero si bien el uso del efectivo ha disminuido, sigue superando el de los pagos con tarjeta de crédito y débito, que representan el 32 % de las transacciones en 2023. Esta cifra se encuentra por debajo de la media de la eurozona, que alcanza el 39 % en el mismo ámbito.

El descenso del uso del efectivo también se refleja en el valor de las transacciones: los pagos en efectivo representaron el 45 % del total en 2023, lo que supone una disminución de seis puntos con respecto a 2019 y una caída aún más pronunciada si se compara con 2016, cuando representaban el 68 %. A pesar de la caída en la utilización del efectivo, España sigue estando entre los países de la eurozona con un uso elevado de este medio de pago: es el quinto país con mayor proporción de pagos en efectivo en puntos de venta.

Estos datos demuestran que, a pesar de los avances tecnológicos y el auge de los pagos digitales, el efectivo seguirá siendo un medio de pago ampliamente aceptado y utilizado por los españoles. Por otro lado, la adopción de pagos con tarjetas de débito y crédito ha ido en aumento y se ha consolidado como la segunda opción preferida, con un 32 % de las transacciones en 2023.

A nivel europeo, los pagos con tarjeta han experimentado una tendencia similar, y si bien España sigue estando por debajo de la media de la eurozona (39 %), la diferencia se ha reducido en los últimos años. Esta preferencia por las tarjetas se debe, en parte, a su comodidad, rapidez y seguridad, especialmente en un contexto de crecimiento del comercio electrónico y la digitalización de servicios.

El pago con aplicaciones móviles también ha experimentado un aumento en España, aunque sigue siendo una opción minoritaria. En 2023, este medio representa el 7 % de las transacciones en puntos de venta mediante aplicaciones de pago móvil, un incremento de un punto porcentual con respecto al promedio europeo.

¿Quiénes prefieren utilizar efectivo?

Según los últimos datos del Banco de España, el uso del efectivo no es uniforme y depende de varios factores, como la edad, el lugar de residencia, el nivel educativo y otros aspectos socioeconómicos. A pesar de la tendencia hacia los pagos digitales, el efectivo sigue siendo una opción preferida por ciertos grupos, especialmente entre las personas mayores y aquellos que residen en municipios más pequeños.

En general, las personas mayores de 65 años son las que más recurren al efectivoun 78 % utiliza este medio de pago en comercios físicos. En contraste, entre los jóvenes de 18 a 34 años, el uso del efectivo baja considerablemente hasta el 39 %. Esto refleja una brecha generacional en las preferencias de pago: los más jóvenes se sienten más cómodos con los pagos digitales y las personas mayores confían en la familiaridad y comodidad del efectivo.

El lugar de residencia también juega un papel importante: en las zonas rurales y en municipios con menos de 5000 habitantes, el 71 % de los habitantes prefieren pagar en efectivo. En cambio, en las grandes ciudades, especialmente aquellas con más de 500 000 habitantes, esta cifra se reduce al 47 %. Este patrón sugiere que las áreas más urbanizadas tienen mayor acceso a opciones de pago digitales, mientras que las zonas rurales siguen favoreciendo el efectivo.

¿Por qué se elige el efectivo frente a otras formas de pago?

En cuanto a las motivaciones detrás de la preferencia por el efectivo, muchos usuarios destacan la comodidad y la familiaridad como razones clave. El hecho de que el efectivo les permita tener un control más tangible de sus gastos personales o familiares es otra razón mencionada frecuentemente. A menudo, los consumidores que optan por el efectivo indican que esta forma de pago les ayuda a evitar el endeudamiento y les permite administrar mejor su presupuesto.

El nivel educativo también influye en las preferencias de pago. Las personas con menor nivel de estudios tienden a usar el efectivo con más frecuencia, mientras que aquellos con estudios superiores son más propensos a utilizar tarjetas o pagos móviles. Sin embargo, este factor es menos pronunciado que otros, como la edad y la ubicación geográfica.

Por otro lado, en los últimos años ha habido un notable aumento de los pagos online, que representan el 22 % de las transacciones diarias en España, lo que indica una mayor adopción de medios digitales, especialmente entre los más jóvenes y los residentes en grandes ciudades.

En cuanto a las percepciones de los consumidores, un 30 % de los españoles considera que es muy importante poder pagar en efectivo en los establecimientos, aunque esta cifra está por debajo de la media de la eurozona. Un 33 % considera que es bastante importante, y solo un 11 % afirma que no le importa no poder pagar en efectivo, lo que sitúa a España por debajo de la media europea en cuanto a la importancia de este método de pago.

A pesar de la prevalencia del efectivo entre ciertos grupos, el uso de tarjetas y otros métodos de pago sin contacto sigue siendo preferido por el 49 % de los consumidores españoles, lo que refleja una tendencia hacia la digitalización de los pagos. Sin embargo, un 26 % de los españoles aún opta por pagar con efectivo, pese a que España es el segundo país de la eurozona, después de Bélgica, donde más complicado resulta retirar dinero en efectivo.

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