Imagen de una grupo portando un contenedor en un puerto en China. - EXTENDA
La ralentización del crecimiento de las exportaciones y la fuerte contracción de las importaciones han marcado este período, coincidiendo con la aplicación de la primera tanda de aranceles en la renovada guerra comercial con Estados Unidos.
Entre enero y febrero, las exportaciones chinas alcanzaron un valor récord de 539.940 millones de dólares (499.820 millones de euros), reflejando un crecimiento interanual del 2,3%.
Sin embargo, este avance muestra una pérdida de impulso en comparación con la evolución de los últimos meses de 2024, lo que evidencia un enfriamiento de la demanda externa.
Por otro lado, las importaciones de China registraron una caída del 8,4%, situándose en 369.430 millones de dólares (341.980 millones de euros). Este descenso llevó a un superávit comercial de 170.520 millones de dólares (157.850 millones de euros), reforzando el perfil exportador del país asiático.
Entre los principales socios comerciales de China, la Unión Europea mostró un comportamiento mixto. Las exportaciones chinas a la UE crecieron un 0,6%, hasta 79.044 millones de dólares (73.171 millones de euros), mientras que las importaciones desde el bloque cayeron un 5,6%, situándose en 36.898 millones de dólares (34.156 millones de euros).
En el caso de Estados Unidos, las exportaciones chinas aumentaron un 2,3% interanual, alcanzando los 75.558 millones de dólares (69.944 millones de euros), mientras que las importaciones crecieron un 2,7%, hasta 26.511 millones de dólares (24.541 millones de euros).
El economista para China de Capital Economics, Julian Evans-Pritchard, señaló que la ralentización del crecimiento de las exportaciones se debe a que la anticipación de los nuevos aranceles proporcionó un impulso menor al esperado en la demanda externa.
Además, advirtió que el impacto real de estas medidas aún no se ha reflejado por completo y que es probable que provoque fuertes caídas en los envíos a EEUU en los próximos meses.
Asimismo, Evans-Pritchard destacó que la debilidad en las importaciones chinas no solo responde a una menor demanda externa, sino también a señales de una desaceleración interna tras el estímulo económico implementado en el último trimestre de 2024.
En este sentido, indicó que la caída en las compras externas refleja, en parte, el impulso de China hacia la autosuficiencia y la transición ecológica, aunque también sugiere una renovada debilidad cíclica de la economía.
Las cifras de los dos primeros meses de 2025 reflejan un escenario de incertidumbre para el comercio chino en el corto plazo. La combinación de la guerra comercial con EEUU, el debilitamiento de la demanda externa y la reducción del crecimiento interno pueden seguir afectando la dinámica comercial del gigante asiático en los próximos meses.
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