El ministro de Exteriores, Josep Borrell, está satisfecho de que el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker haya convocado una mini cumbre para hablar sobre inmigración. “Es la consecuencia de la decisión del Gobierno español sobre el Aquarius que ha sido una especie de electroshock. La única manera de encontrar soluciones es sentarse a hablar», ha explicado durante una entrevista en la Cadena SER.
Italia se plantea no ir a la mini cumbre de este domingo sobre inmigración. El ministro italiano del Interior Matteo Salvini lo avanzó anoche en un programa de televisión donde llamó charlatanes a Macron y Sánchez. Sostiene que Francia y Alemania, con el apoyo de España, pretenden imponer un proyecto a Italia. «No es la manera más razonable de que se dirijan entre ellos los dirigentes europeos. No se merecen estos epítetos. Supongamos que forma parte de la puesta de escena», ha asegurado.
Una de las cuestiones sobre la mesa es la creación de campos de refugiados fuera de la Unión Europea. El ministro Borrell es partidario de discutirlo porque puede ser una opción para “retenerlos, que no detenerlos”, y ver «cómo se hace, quien lo hace y con qué garantías”. Ha recordado que ya existen campos de refugiados en Turquía y en Libia.
“Pueden llegar a ser flujos migratorios de gran intensidad y eso es lo que los responsables políticos tenemos que ver cómo solucionar sin utilizarlo sin utilizarlo demagógicamente”, afirma Borrell, quien se ha mostrado satisfecho porque Donald Trump deje de separar a los niños de sus padres inmigrantes.
