La incorporación al mundo laboral “más tardía” de los jóvenes, con una tasa de empleo entre los 16 y los 29 años 15 puntos porcentuales inferior a la de 2007, “hará más difícil completar carreras laborales suficientemente largas para lograr una pensión a la edad ordinaria de jubilación que le permita mantener su nivel de vida previo”.
Así lo señala la citada fundación en un informe en el que apunta que los jóvenes de hoy que se jubilen en 2065 y que solo hayan podido cotizar 30 años, “tendrán que compensar sus menores cotizaciones demorando la jubilación hasta los 71 años”.
En este sentido, destaca que, con la última reforma, “deberán realizar un mayor esfuerzo de aportaciones a la Seguridad Social para recibir una pensión con una tasa de reemplazo (relación entre la primera pensión y el último salario) dos puntos porcentuales más baja que la actual”. “Si, además, se implantaran en el futuro las reformas que se están aplicando en otros países de nuestro entorno, se produciría una bajada de la tasa de reemplazo de entre 10 y 20 puntos porcentuales adicionales”, asegura.
Según la Fundación BBVA, “en el caso de las personas que solo pudieran acumular 30 años cotizados, la tasa de reemplazo sería del 57,6%, frente al 77,1% de los que hoy se están jubilando con ese mismo número de años trabajados”.
Por tanto, los jóvenes que se incorporen tarde a su primer empleo tendrán que prolongar su vida laboral más allá de la edad de jubilación establecida para conseguir una pensión “que les permita mantener su nivel de vida previo, salvo que dispongan de un ahorro acumulado suficiente (pensión privada, herencias, etc.)”.
Con la legislación prevista actualmente, proyectada a 2065, “se obtendrá una tasa bruta de reemplazo del 90% (que equivale aproximadamente a una tasa neta del 100%, lo que significa mantener el nivel de vida previo) con 40 o más años cotizados y con una edad de jubilación de 65 años”.
Esto supone, expone en el informe, que para conseguir la misma tasa de reemplazo con una carrera laboral de 35 años se deberá demorar la jubilación hasta los 68 años, y hasta los 71 años con sólo 30 años cotizados. “De esa manera, las menores cotizaciones se compensan con menos años recibiendo la pensión”, añade.