El desenlace marca un hito en la política francesa y abre un periodo de incertidumbre en el que el presidente deberá decidir cómo recomponer un Ejecutivo debilitado en un Parlamento sin mayoría clara.
El detonante: el plan de austeridad de 44.000 millones de euros
La moción de confianza estaba vinculada a un controvertido plan de ajuste fiscal de 44.000 millones de euros, que incluía subidas de impuestos, recortes en gasto público y la eliminación de dos festivos. La medida generó rechazo transversal: tanto la izquierda como la extrema derecha votaron en contra, dejando a Bayrou sin apoyos suficientes para sostener su proyecto.
La derrota parlamentaria se ha interpretado como un rechazo político más amplio al rumbo económico del Ejecutivo, incapaz de construir consensos en un clima de tensión social
Resultados de la votación
| Resultado | Votos |
|---|---|
| En contra | 364 |
| A favor | 194 |
| Abstenciones | 15 |
| Total presentes | 573 |
La contundencia de la votación refuerza la idea de bloqueo político en la Cámara. De los 589 diputados que la integran, 573 asistieron y 558 emitieron su voto. Solo 15 optaron por la abstención, un dato que refleja la polarización del debate.
Dimisión obligada y próximos pasos
La presidenta de la Asamblea, Yaël Braun-Pivet, subrayó tras el recuento que el primer ministro «debe presentar la dimisión del Gobierno al presidente de la República». El procedimiento establece que Bayrou acuda al Elíseo para comunicar oficialmente su salida, paso que se espera en las próximas horas.
Una vez consumada la dimisión, Macron deberá designar un nuevo primer ministro capaz de articular una mayoría suficiente para aprobar el presupuesto antes de final de año. Sin ese acuerdo, la posibilidad de elecciones legislativas anticipadas cobrará fuerza.
Macron, sin margen de error
El presidente afronta ahora un escenario delicado: buscar un perfil de consenso que pueda garantizar la estabilidad o arriesgarse a prolongar el bloqueo institucional. La oposición ya ha advertido que no facilitará el camino, lo que incrementa la presión sobre el Elíseo.
El fracaso de Bayrou no solo refleja la fragilidad de su liderazgo, sino también la dificultad de gobernar en un Parlamento fragmentado. La política francesa entra así en una fase crítica que podría redefinir el equilibrio de poder en los próximos meses.










