Este sábado se cumple una semana del arranque oficial de la campaña en el PP para suceder a Mariano Rajoy. Siete días marcados por la polémica, ya sea por las acusaciones vertidas por Pablo Casado, que ha denunciado que se están poniendo «zancadillas» contra su candidatura, como por el debate abierto en torno a la baja participación que se prevee. Según los últimos datos, 66.706 afiliados podrán votar al nuevo líder del partido de los casi 870.000 que la formación afirma tener. Entre tanto ‘ruído’ los aspirantes empiezan a desgranar sus propuestas.
«Estamos ante un debate de caras y no de ideas, que es lo que debería ser», se lamentan desde las filas de más de una candidatura, cansados del rumbo que ha tomado la carrera por la presidencia del partido. En su opinión, las bases reclaman «propuestas» y no discusiones sobre «cual de los tres elefantes blancos debe suceder a Rajoy», en referencia a Pablo Casado, Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal.
Ante esto, algunos candidatos han puesto sobre la mesa varias iniciativas. Entre ellos, destaca el exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo, que ha colgado en su web un documento con 32 medidas sobre lo que, en su opinión, necesita el Partido Popular. Iniciativas que pasan, sobre todo, por «devolver el partido a los afiliados».
El aspirante a liderar el PP defiende la convocatoria inmediata de una convención que actualice los principios y valores que la formación «ha defendido a lo largo de su historia», así como la creación de una Vicesecretaría de Familia y Diversidad. Margallo aboga por elegir a los candidatos en un procedimiento interno de elecciones primarias entre afiliados y por limitar a 8 años el mandato a todos los cargos orgánicos del partido.
La realización de auditorías periódicas y la rendición de cuentas por parte de los cargos cada año son otras de las propuestas del exministro, que también defiende una Secretaría general con dedicación exclusiva al partido. Algo que choca con lo que ha habido hasta ahora. Cospedal ha compatibilizado ese cargo con el Ministerio de Defensa y la Presidencia del PP manchego.
Pablo Casado también ha lanzado algunas de sus medidas en los últimos días. El diputado nacional ha llamado a reivindicar las «banderas que nos han hecho una fuerza ganadora», como es la unidad de España, la libertad individual y económica, y la defensa de la familia, entre otras cosas. El aspirante a suceder a Rajoy ha prometido que si él gana las primarias incluirá en «todos los programas electorales» bajadas de impuestos y el fin de algún que otro gravamen.
En concreto, plantea la supresión de los impuestos de Sucesiones, Donaciones y Patrimonio y la rebaja del IRPF por debajo del 40% y el de Sociedades que esté entre el 10% y el 20%. Además, según ha señalado en varios actos estos días, se compromete a «depurar» el censo de afiliados.
Menos propuestas han puesto sobre la mesa Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal, más centradas en el debate sobre el número de afiliados y en que solo ellas pueden ganar en las elecciones al PSOE. La exvicepresidenta del Gobierno sí que ha abogado por ampliar la base social del PP con cuotas reducidas según la edad o situación económica.
Por su parte, la extitular de Defensa ha situado la lucha contra la corrupción como el eje de su discurso y ha presumido de haber dado la cara en los malos momentos, como en el ‘caso Gürtel’. También ha insistido en la necesidad de la equiparación salarial en las Fuerzas de Seguridad del Estado y en un empleo de mayor calidad.
La unidad en torno a una sola candidatura tras la primera vuelta de las primarias, que se celebrará el 5 de julio, es otra de las ideas que Cospedal, que quiere «ser la primera mujer que preside el PP y España», ha puesto sobre la mesa.
Otros, como José Ramón García-Hernández, presentarán este lunes en Madrid lo que se llamará el «contrato del nuevo PP con España». Mientras tanto, sí que ha defendido limitar los mandatos a 8 años y una renovación absoluta por primarias.
Hasta el jueves 5 de julio, día en el que los afiliados -inscritos previamente y al corriente de pago- votarán, los aspirantes irán desgranando, poco a poco, más medidas. O eso es lo que muchos desean en el PP, ya que siempre está la posibilidad de que se enfrasquen en nuevas pugnas internas.
