Banco Central Europeo
La renovada guerra comercial entre EEUU y China, el caos del Brexit, el pulso entre Roma y Bruselas, unas elecciones europeas en las que se espera que los populistas saquen resultados históricos… Cada vez son más las sombras que se ciernen sobre la economía europea –y la mundial-, y los analistas empiezan a tener claro que la robustez del crecimiento mostrada en el primer trimestre fue solo un espejismo.
El crecimiento del PIB de la eurozona en el primer trimestre fue mayor de lo previsto, acelerándose a un 0,4% intertrimestral, tras un crecimiento del 0,2% en el cuarto trimestre de 2018. La sorpresa al alza fue generalizada en términos de países, con un crecimiento alemán del 0,4%, la economía italiana saliendo de la recesión (0,2%) y el crecimiento español acelerándose al 0,7%. Entre las grandes economías sólo Francia se mantuvo en línea con las expectativas (0,3%).
Sin embargo, este crecimiento del PIB se ha visto favorecido por unos “one off excepcionales”, avisa Bill Diviney, economista senior de ABN Amro, que cita por ejemplo “el aumento de las matriculaciones de automóviles tras el colapso a finales del año pasado y el aumento de la producción de la construcción debido a las condiciones meteorológicas”, por lo que “esperamos que esta fortaleza se revierta en el segundo y tercer trimestre”.
De una opinión similar es, Apolline Menut, analista de AXA Investment Manager, que considera que “detrás de estos titulares relativamente positivos, los detalles de la composición del PIB no fueron particularmente alentadores”. “La demanda interna siguió disminuyendo en Italia debido a la incertidumbre política, mientras que en Alemania se vio impulsada por un aumento sustancial de la inversión -las buenas condiciones meteorológicas impulsaron la construcción- que esperamos que se relaje en los próximos trimestres”, explica.
De hecho, las cifras conocidas hasta el momento han llevado a AXA a plantearse sus perspectivas. “En primer lugar, las tensiones en torno a la guerra comercial entre EEUU y China han resurgido y podrían frenar la recuperación de la demanda externa, ya que los brotes de la actividad china podrían durar poco”, apunta Menut.
En segundo lugar, “persisten las incertidumbres de la zona del euro: Brexit no se ha resuelto y las decisiones sobre los aranceles de los automóviles de EEUU simplemente se ha pospuesto seis meses. En tercer lugar, los precios del petróleo han aumentado, lo que implica un menor apoyo al poder adquisitivo interno”, resume la analista. AXA augura un crecimiento de un 0,3% en los próximos tres trimestres y avisa de que “los riesgos siguen estando sesgados a la baja”.
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