Las Fuerzas Armadas rusas lanzaron durante la madrugada del domingo un ataque coordinado sobre Kiev y otras zonas del país. Según las autoridades, se trata de uno de los bombardeos más masivos registrados sobre la capital ucraniana, con múltiples impactos sobre áreas residenciales.
El gobernador de la región de Kiev, Mikola Kalashnik, confirmó la muerte de cuatro personas y decenas de heridos. Algunos fallecieron mientras intentaban sofocar incendios provocados por los misiles.
El distrito de Bila Tserkva fue uno de los más afectados, con al menos seis heridos, incluidos dos menores
Niños entre las víctimas y numerosos heridos por metralla
En la región de Yitomir, el servicio de emergencias informó del fallecimiento de tres menores de edad (de 8, 12 y 17 años) y de una decena de hospitalizados, mientras que en Mikolaiv, una mujer de 77 años murió y otras cinco personas resultaron heridas, entre ellas una adolescente y dos mujeres en estado grave.
También se registraron víctimas en la región de Jmelnitski, donde murieron cuatro personas y cinco más sufrieron heridas. Seis casas fueron completamente destruidas y más de 20 viviendas y vehículos resultaron dañados.
Daños materiales y evacuaciones masivas
Las consecuencias del ataque incluyen la destrucción de infraestructuras civiles, colegios, edificios residenciales y automóviles. Solo en Yitomir, más de 210 personas tuvieron que ser evacuadas por los daños en sus hogares. Equipos de rescate y emergencias continúan desplegados en las zonas afectadas.
La administración ucraniana denuncia una ofensiva que prioriza objetivos civiles y que busca sembrar el terror entre la población
En paralelo: intercambio de prisioneros y nuevas tensiones
El ataque ruso coincide con la segunda fase del intercambio de prisioneros acordado por ambos países, que permitió la liberación de 307 personas por cada parte. En total, 697 personas han sido liberadas desde el viernes, y se espera una tercera fase del canje en las próximas horas.
Además, el Kremlin informó del derribo de 95 drones ucranianos que sobrevolaban diversas regiones de Rusia, seis de ellos con destino a Moscú, lo que refuerza la hipótesis de un intercambio simultáneo de agresiones.
