Sin embargo, no es seguro que el proyecto sea aprobado por el Parlamento antes de las elecciones del 23 de febrero.
La reforma prevé que los tribunales de familia puedan ordenar en el futuro la vigilancia electrónica del paradero en casos de alto riesgo. También se obligaría a los delincuentes a participar en cursos contra la violencia.
«En Alemania, un hombre mata a su (ex)pareja casi cada dos días», dijo el ministro de Justicia, Volker Wissing. Por eso no se puede retrasar la lucha contra la violencia doméstica, apremió.
Wissing resaltó el ejemplo de España, país que tiene una buena experiencia con la vigilancia electrónica de la residencia en casos de violencia doméstica.
«La vigilancia electrónica del paradero se limita a casos excepcionales en los que existe un peligro concreto, en particular para la vida y la integridad física de la víctima», explicó.
Algunos estados federados ya han avanzado en esta cuestión. En Sajonia se anunció esta semana que por primera vez se utiliza un monitor de tobillo al estilo español para proteger a una mujer de la violencia doméstica.
Según la ministra de Justicia de Sajonia, Constanze Geiert, y su homólogo de Hesse, Christian Heinz, se ha impuesto una prohibición de contacto y proximidad a su exmarido, que tiene antecedentes penales. Es la primera vez que se utiliza esta tecnología en Alemania. Hesse introdujo la nueva generación de tobilleras el año pasado.
En el modelo español no se vigilan zonas prohibidas fijas, como el lugar de residencia o el lugar de trabajo. En su lugar, el objetivo es vigilar la distancia entre el delincuente y la víctima. La víctima lleva consigo una unidad GPS.
Si el delincuente con la tobillera se encuentra en las inmediaciones de la víctima -ya sea intencionadamente o no-, se activa una alarma para la policía. Al mismo tiempo, la víctima recibe un aviso.
