Señal de ruta a la Conferencia Mundial sobre el Clima COP26 en la estación central de tren de Glasgow - Europa Press/Contacto/Han Yan
«Probablemente seguiremos sin alcanzar nuestros objetivos para 2022, incluso para 2023 será bastante difícil», ha lamentado el político del Partido Verde, para añadir, en referencia a la reducción de los gases de efecto invernadero perjudiciales para el clima, que el Gobierno –que acaba de asumir– empieza «con un drástico retraso».
Sin embargo, el acuerdo de coalición entre socialdemócratas, verdes y liberales ofrece «muchas oportunidades», según Habeck, para introducir mejoras en el futuro, en caso de que sectores como el transporte, la agricultura o incluso la energía no cumplan sus objetivos de reducción de emisiones de dióxido de carbono.
Todos los ministerios tienen la «voluntad común» de limitar el calentamiento global a 1,5 grados respecto a la época preindustrial y mitigar así los efectos del cambio climático, ha subrayado, quien también ha aseverado que en Alemania, «no hay forma de evitar la expansión masiva de las energías renovables», lo que significa que habrá que instalar aerogeneradores «prácticamente en todos los lugares donde sople el viento».
Según Habeck, de media, habría que instalar entre 1.000 y 1.500 aerogeneradores nuevos al año, dependiendo también de cuántas unidades viejas pudieran sustituirse por otras nuevos. En los últimos años, ha continuado, la cifra ha alcanzado «apenas más de 450».
Habeck también ha citado el objetivo del nuevo Gobierno alemán de obtener el 80 por ciento de la electricidad a partir de energías renovables a finales de la década. «Hemos necesitado 30 años llegar a una cuota del 42 por ciento. Ahora tenemos ocho años para conseguir el doble», ha vaticinado.
Habeck ha anticipado que, en el transcurso de este cambio estructural, «también habrá decepción y quizás enfado», en referencia a los empleos que podrían perderse en las regiones donde se concentra la extracción de carbón, por ejemplo.
«No me hago ilusiones al respecto», esto podría ser una «amarga noticia» para los afectados, ha reconocido Habeck. Sin embargo, ha afirmado que «se crearán nuevos empleos, no se perderán trabajos, sino todo lo contrario» y, en definitiva, que la sociedad en su conjunto se beneficiará si el cambio tiene éxito.
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