La última encuesta realizada por el instituto demoscópico Ipsos, difundida hoy, coloca a la AfD con un 25 % de apoyos, mientras que los conservadores de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU) obtienen un 24 %. Este cambio supone una pérdida notable de respaldo para los conservadores, que en las elecciones del 23 de febrero habían alcanzado el 28,5 % de los votos.
La caída de la CDU/CSU y el ascenso de la AfD
La caída de la CDU/CSU contrasta con el ascenso claro de la AfD, que en las últimas elecciones generales obtuvo un 20,8 %. De confirmarse esta tendencia, el panorama político alemán podría experimentar cambios significativos en los próximos meses, con la ultraderecha afianzándose como una fuerza principal.
«El partido ultraderechista Alternativa para Alemania logra por primera vez colocarse en cabeza en una encuesta nacional, reflejando un desplazamiento en las preferencias del electorado alemán»
Resultados de otros partidos y matices de las encuestas
En el mismo sondeo, el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller saliente Olaf Scholz obtuvo un 15 % de apoyos (frente al 16,4 % en los comicios), mientras que Los Verdes y La Izquierda se mantuvieron con un 11 % y un 8,8 %, respectivamente.
La encuesta de Ipsos, calificada como representativa, se basó en entrevistas a 1.000 ciudadanos realizadas los días 4 y 5 de abril, con un margen de error estadístico de entre 1,4 y 3,1 puntos porcentuales.
Comparativa con otros sondeos recientes
Otros estudios de opinión refuerzan la tendencia al alza de la AfD. Según un sondeo realizado por el instituto Insa para el periódico «Bild», tanto la AfD como la CDU/CSU se situaban a la par, con un 24 % cada uno. Por su parte, en el «Barómetro de tendencias» del canal RTL/ntv, la AfD quedó apenas por detrás de los conservadores.
«Varios sondeos recientes confirman el avance de la AfD, aunque con ligeras diferencias en los porcentajes registrados»
Precauciones sobre las encuestas
Es importante recordar que las encuestas electorales están sujetas a múltiples incertidumbres. La pérdida de vínculos tradicionales entre los partidos y los votantes, así como las decisiones de voto cada vez más volátiles, dificultan una ponderación precisa de los datos.
Las encuestas, en definitiva, reflejan únicamente una fotografía del momento y no deben interpretarse como predicciones definitivas del resultado electoral.










