El conjunto de la deuda de rendimiento negativo en el mundo se ha ido reduciendo a medida que los bancos centrales señalan una política más estricta, pero los movimientos se han acelerado tras la reunión del BCE el jueves pasado, teniendo en cuenta que en la eurozona se encuentra una parte importante de la deuda de rendimiento inferior a cero.
La negativa de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, a reiterar que era muy improbable una subida de los tipos de interés en 2022, elevó la rentabilidad de los bonos a máximos de varios años. Con los rendimientos de la deuda alemana y holandesa a cinco años subiendo por encima del 0% el viernes por primera vez desde 2018, todos los bonos de la zona del euro con vencimientos de cinco años o más tienen ahora rendimientos positivos, según recoge la agencia Reuters.
Pero la eurozona no es una excepción. Los rendimientos negativos también se están desvaneciendo en otros lugares: el pasado viernes la rentabilidad del bono a cinco años de Suiza subió por encima del 0% por primera vez desde 2014, mientras que en Japón ocurrió lo mismo, en este caso por primera vez desde 2016.
A nivel mundial, el valor de la deuda de rendimiento negativo se situó en 4,9 billones de dólares a finales de la semana pasada, según el índice Bloomberg Global Aggregate Negative Yielding Debt Index, el más bajo desde 2015, cuando el BCE lanzó su programa de compra de activos.
Esta cifra es inferior a los 8,94 billones de dólares de la semana anterior y a los 9,84 billones del 26 de enero. El volumen de deuda con rendimiento bajo cero llegó a alcanzar una cifra de 17 billones de dólares durante la primera etapa de la pandemia.
Los mercados apuestan ahora a que el BCE pueda llevar a cabo una subida de hasta 50 puntos básicos en los tipos de interés este mismo año, lo que elevaría el tipo de depósito al 0%.