Así lo explica en un escrito, al que ha tenido acceso Europa Press, el que hasta ahora ha sido su abogado, José Aníbal Álvarez, quien precisa que estas diferencias hacen “inviable el mantenimiento de la asistencia letrada, pues se ha producido un deterioro irreversible de lo que debiera ser una relación basada en la confianza”.
Es la primera vez que Ábalos cambia de abogado, a diferencia del que fuera su asesor en el Ministerio, Koldo García, que hasta ahora ha elegido a tres letrados distintos para que le representen en el marco de esta causa.
Desde el inicio de la investigación, la estrategia del exministro ha sido contestar a las preguntas de su defensa y del magistrado. En esta ocasión, sin embargo, ante el cambio de abogado cabe la posibilidad de que se acoja a su derecho a no declarar para darle tiempo a su nuevo letrado a prepararse la causa.
En su última comparecencia ante el Supremo, el pasado junio, Ábalos aseguró que no se reconocía en las grabaciones que realizó García y que se incautó la Guardia Civil que le implican en presuntos amaños. Ese mismo día se celebró una vista de medidas cautelares en la que las acusaciones populares –bajo la dirección letrada del PP– pidieron al magistrado instructor que acordara la entrada en prisión provisional del exdirigente socialista.
Aquella vez, sin embargo, la Fiscalía no consideró necesario pedir el ingreso en prisión al entender que no había riesgo de destrucción de pruebas y que Ábalos había acudido siempre que se le había citado ante la justicia.
Fuentes jurídicas consultadas por Europa Press sostienen que esta vez el Ministerio Público esperará al contenido de las declaraciones para decidir si reclama o no la entrada en prisión. De momento, tiene vigente la prohibición de salida del país, la retirada del pasaporte y las comparecencias periódicas en sede judicial.
La de este miércoles es la cuarta citación que activa el magistrado en el marco de esta causa. Esta vez, le convoca por el último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que recoge “consistentes indicios” de que entre los patrimonios de Ábalos y Koldo “podrían existir significativas zonas de intersección”.











