Señor presidente de los Estados Unidos de América, le vemos impasible frente a los ataques mediáticos, entregado a la tarea del liderazgo, lanzando tuits nocturnos para declarar la guerra comercial a China, retirarse de los tratados nucleares con Rusia o reclamar la compra de Groenlandia.
Esa audacia le lleva ahora a plantearse la prohibición del cigarro electrónico, evaluados los daños pulmonares que causa con resultado de seis muertes. Ninguna restricción, sin embargo, a las armas de fuego que causan más de 40.000 bajas al año en el país.
Todo sea por la Asociación Nacional del Rifle.