Las hijas de un ministro británico, Zara y el Brexit

Chismes y apuntes

Las hijas de un ministro británico, Zara y el Brexit

Sede de Inditex

El ‘vicio’ manirroto de dos criaturas de 14 y 21 años no debería verse en peligro una vez se consume el adiós de Londres a Bruselas, asevera Lord Price. La consecución de un desenlace no trágico para el Brexit parece una tarea más complicada que los encajes de bolillos. Precisamente, el ministro británico de Comercio tiene en los telares uno de sus argumentos fuertes para buscar una desconexión suave entre Londres y Bruselas. Más concretamente, en los de Zara.
 
Mark Price, que es el nombre del ministro de Su Majestad Isabel II, insiste en su discurso en que “los británicos no han decidido dar la espalda al mundo”. Es por eso que quizá las hijas de todo un lord, como una buena proporción de la población británica, no son capaces de resistirse a los encantos de cada nueva temporada del emporio textil nacido en La Coruña.
 
El ministro británico se afana en los últimos meses en explicar que el ‘vicio’ manirroto de sus criaturas no debería verse en peligro una vez se consume el adiós de Londres al club de socios del Viejo Continente. Este miércoles, ha llegado el turno de hacer lo propio en Madrid convidado por Executive Forum en el histórico Hotel Palace de la capital española. “Con dos hijas de 14 y 21 años, buena parte de mi dinero ha ido a Inditex”, reconocía el empresario metido a político ante una concurrida audiencia deseosa de conocer de primera mano las maniobras del Gobierno del país insular para suavizar el impacto de la ruptura.
 
Dado que España es un socio comercial de primera línea de Reino Unido, Price se ha mostrado convencido de que tanto las empresas como los líderes públicos del país “entenderán esto mejor que la mayoría”. Más allá de los intereses de la textil gallega en Londres, por cuyas calles no hace mucho tiempo causaba furor un abrigo femenino que no había joven que no quisiera colgar en su armario, el ministro ha apuntado directamente a pesos pesados del panorama corporativo español: Telefónica, Iberdrola, Banco Santander, Ferrovial…
 
La lista que ha dado el ministro la ha aderezado el embajador británico en Madrid con un toque navideño. Si se rompieran las relaciones comerciales establecidas ahora entre España y Reino Unido, quién sabe si se volverá más difícil ver un Jerez, un Rioja o un Ribera o incluso naranjas de la huerta valenciana en la Nochebuena inglesa, o si las copas de la Nochevieja ibérica no pudieran ser más de güisqui escocés. Así se las ha gastado Simon Manley antes de ceder la palabra a su compatriota.
 
Aunque lo de Escocia es otra tela que cortar, por seguir con el símil textil, Price ha insistido en que a pesar del no a Bruselas, “queremos las relaciones comerciales más estrechas posibles con la Unión Europea”. En el menú del desayuno informativo, café. Nada de té inglés. Como si de una amarga y oscura pesadilla premonitoria antes de la primera Navidad post-referéndum se tratara.

Más información