Bruselas abandona los planes para separar la banca de inversión de la banca minorista

Comisión Europea

Bruselas abandona los planes para separar la banca de inversión de la banca minorista

La Comisión Europea entierra la propuesta tres años después de haberla presentado.

Banderas de la Union Europea

La Comisión Europea finalmente se ha rendido y ha decidido retirar de su mesa de trabajo los planes para obligar a los bancos a separar sus negocios de banca minorista del negocio de banca de inversión.

La propuesta, que recordaba a la histórica ley Glass Steagall estadounidense, buscaba presionar a los bancos sistémicamente más importantes para que dividieran las actividades de ‘trading’ de las actividades de captación de depósitos. Sin embargo, tres años después de ser presentada, ha sido retirada ante el reconocimiento de que era imposible asegurar un acuerdo entre los eurodiputados y los gobiernos nacionales.

Un portavoz de la Comisión Europea consultado por Financial Times ha señalado que “el mundo ha avanzado desde el momento en que se presentó la propuesta”, con los principales bancos reduciendo las operaciones de ‘trading’ y los reguladores tomando otras medidas para reducir los riesgos sistémicos.

La rendición de Bruselas pone fin a uno de los movimientos que más oposición había levantado en el sector financiero de la oleada de propuestas de una regulación financiera más estricta en respuesta a la crisis financiera de 2008.

La propuesta fue presentada por la Comisión Europea en 2014, pero pronto se encontró con la fuerte oposición de países como Francia o Alemania, con poca intención de abordarla. Su elaboración fue uno de los últimos legados de Michel Barnier, ahora el negociador jefe de Brexit de la UE, durante su etapa como comisario servicios financieros de la UE entre 2010 y 2014. Si bien las medidas fueron una adición tardía a su agenda reformista, fueron respaldadas mediante un minucioso trabajo técnico, incluidas propuestas detalladas de un grupo de expertos dirigido por el gobernador del Banco de Finlandia, Erkki Liikanen.

Barnier insistió su momento que esta reforma debía sumarse a otras para lograr que “la pequeña cantidad de bancos muy grandes que de otro modo, serían demadiado grandes para caer, demasiado costosos para salvar y demasiado complejos para resolver”.

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