El 12 de Octubre agolpó en un pasillo sin aislamiento a un paciente en riesgo de infección por la falta de camas

Sanidad

El 12 de Octubre agolpó en un pasillo sin aislamiento a un paciente en riesgo de infección por la falta de camas

Varios profesionales del centro explotan ante las escenas que tuvieron que ver por las malas decisiones de los altos cargos.

Cama de hospital

“A última hora deciden ingresar a un paciente con oclusión intestinal en la misma habitación que nuestra cirugía limpia”. La denuncia viene del corazón del Hospital 12 de Octubre. Y concretamente de aquellos que tienen que sufrir este tipo de escena (aparte de los enfermos, por supuesto): los profesionales que han de lidiar ante esta situación. Un conflicto que se dio este martes 1 de agosto y que, como apuntan los trabajadores, fue consecuencia directa del cierre de camas y de la falta de personal en verano.

El diccionario médico de la Clínica Universidad de Navarra considera “cirugía limpia” a aquella práctica “que no comporta la apertura de ningún foco de infección ni de ninguna víscera de las que habitualmente están colonizadas por microorganismos”. Es decir, que no existe riesgo de que el paciente pueda sufrir algún tipo de infección. Por lo tanto, lo adecuado clínicamente es no mezclar pacientes que pueden ser “potencialmente infectado”.

Historia de un cúmulo de problemas

Sin embargo, las imágenes que se vivieron este 1 de agosto en el Hospital 12 de Octubre no fueron las adecuadas para tratar a los pacientes que sí sufrían riesgo de infección, tal y como denuncian los profesionales del centro en dos comunicados publicados por el Movimiento Asambleario de Trabajadores-as de Sanidad (MATS). Un médico de cirugía vascular y los enfermeros de la planta 3ª izquierda de vascular han expuesto cómo por culpa del cierre de camas por el periodo veraniego y la falta de personal por las vacaciones pudo derivar en un serio problema de salubridad. “A primera hora de la mañana encontramos pacientes encamados en el pasillo, incluido un enfermo con aislamiento de contacto en una silla de ruedas”, comienza a narrar el médico del Hospital 12 de Octubre.

Un acopio de pacientes en un lugar inadecuado que salió de un lugar: de la saturación que se estaba apreciando en Urgencias. “A pesar de haber comunicado al Servicio de Admisión que las habitaciones no estaban limpia, se ha decidido su traslado a la planta de hospitalización de Cirugía vascular”, afirma el médico del centro. A partir de ese momento, el personal de enfermería tuvo que tomar cartas en el asunto para evitar que la situación se agravase.

Y es que la información que llegaba a los facultativos de la planta giraba en torno a la intención de ingresar “en la misma habitación la cirugía programada del día siguiente (endarterectomía carotidea)” junto a “un paciente con neumonía activa”. Algo que tan solo, como reconoce el médico, el personal de enfermería frenó tras “realizar los cambios necesarios para evitar este hecho”. No obstante, el ‘caos’ en el Hospital 12 de Octubre no se iba a detener ahí. El hecho más mayúsculo aún estaba por suceder.

“A última hora deciden ingresar a un paciente con oclusión intestinal en la misma habitación que nuestra cirugía limpia un paciente con oclusión intestinal. Nos ponemos en contacto con el Servicio de Admisión para saber las condiciones de dicho paciente para evitar mezclar ‘cirugía limpia’ con pacientes potencialmente infectados, punto que no entiende el responsable de dicho servicio”, lamenta el médico en su comunicado.

A raíz de este escenario, los profesionales advierten al responsable de Servicio de Admisión que “si existe aumento en las infecciones nosocomiales por este tipo de actuación la responsabilidad no debe ser sólo del personal médico y de enfermería, sino también suya”. La reacción, según el médico, no fue otra que tomárselo “como una amenaza y llegando incluso a amenazar con vernos en los juzgados de Plaza Castilla”.

Un choque que el médico (que ha preferido preservar su anonimato) ha utilizado para reflexionar sobre el día que se vivió en el hospital público madrileño: “Creo que cada uno debe ser responsable de sus acciones y que debe primar la Calidad Asistencial de los pacientes. La infección en Cirugía Vascular es una complicación severa que lleva asociada una alta morbi-mortalidad y no deben manejarse los ingresos como huecos a rellenar sin tener en cuenta la patología de los pacientes que comparten habitación”.

El personal de enfermería explota

De manera más contundente, el personal de enfermería en su texto dirige las miradas a las decisiones que se han ido tomando en el hospital: “En el mes de mayo se nos comunicó que un control de la planta 3ª izquierda se cerraría en agosto, por lo que las vacaciones del personal de enfermería se programaron en función de dicho cierre”. Ante el desbordamiento al que se vio enfrentado el centro, a las ocho de la tarde de este lunes, se daba marcha atrás al cierre y todo “sin haber terminado los traslados”.

“Deciden desde Dirección de Enfermería o Gerencia Médica, que no se cierra el control de vascular y que se abre de nuevo con enfermos de la urgencia (en principio se nos dice con un máximo de nueve pacientes). Todo esto, después de una tarde caótica y desorganizada y con una enfermera menos”, recuerdan los enfermeros en su queja publicada por MATS. Con el paso de las horas, durante la noche del 31 de julio, “se siguen ingresando pacientes”. El huracán ya estaba comenzando a aparecer.

Con la llegada de la mañana del martes, en tan solo media hora se recibió “nueve pacientes, y algunos sin aviso, a pesar de saber en admisión que las camas no estaban preparadas (porque en ningún momento se comunicó al personal de enfermería que la planta se iba a abrir por completo)”. Por ello, ante este suceso, tal y como se lo encontró el médico, se tuvieron que “dejar a los pacientes en el pasillo (haciendo cola), uno de ellos aislado sin las medidas de aislamiento precisas y como es de suponer, sin poderles atender”. Un ambiente que, bajo el esfuerzo de los profesionales, no se pudo reconducir hasta las 12:30 horas de la mañana, aunque con un hándicap: los pacientes no pudieron recibir el turno que les tocaba de “su tratamiento médico”.

Un inicio de semana en el Hospital 12 de Octubre que ha supuesto la gota que colma el vaso para el personal de enfermería: “Nos hemos visto obligados a trabajar en unas condiciones lamentables con riesgo para la seguridad del paciente”. Pero es que si esta vez el vaso se ha derramado, el mar llega al ver que, según aseveran, han tenido que ‘bailar’ con “una organización pésima, sin gestión de camas ni de personal y sin ninguna previsión, comprometiendo seriamente la seguridad del paciente”.

Un hecho que se podría haber evitado

Mientras tanto, las imágenes publicadas en las redes sociales desvelan cómo algunas salas del Hospital 12 de Octubre están cerradas por el verano. Y concretamente la Sala de Observación de Urgencias del centro donde se aprecian obras (el cual es el motivo que argumenta el consejero de Sanidad para justificar el cierre de zonas en verano). Según relatan trabajadores del hospital a ElBoletín.com, si esta sala hubiera estado abierta lo que ocurrió en la 3ª planta de vascular no se habría dado ya que los pacientes no estarían “apiñados en los pasillos de urgencia” y no se les tendría que buscar una solución de urgencia (y sin limpieza previa ni aislamiento necesario) como se les dio.

Desde el departamento de comunicación del hospital se ha asegurado a este medio que, como relatan los enfermeros, se decidió «posponer el bloqueo» de 24 camas de una planta de hospitalización de Cirugía Vascular. Pero que «no existe desajuste, ni agolpamiento, ni falta de organización en las decisiones de ingreso» que se tomaron en esta polémica semana. En declaraciones a este medio, el centro ha querido desmentir la presencia de pacientes en pasillos y que la «actividad asistencial de esta planta de hospitalización se ha desarrollado estos días y se desarrolla con toda normalidad».

Por su parte, desde el sindicato MATS censuran que «no se pueden hacer políticas de lavado de cara». «Porque el problema sigue siendo el cierre masivo de camas en verano y la falta de personal en los hospitales madrileños, tanto en las plantas como en los servicios de urgencia. La consecuencia es una pérdida de la calidad asistencial que pone en peligro la salud y la recuperación de enfermos y enfermas y que sobresatura el trabajo de unas plantillas ya mermadas», concluyen.

Más información