Qué esperar cuando no se espera nada

Caso Gürtel

Qué esperar cuando no se espera nada

El exconcejal del PP de Majadahonda y denunciante del Gürtel analiza la declaración este miércoles como testigo de Mariano Rajoy.

José Luis Peñas

Un ciudadano declarará esta semana ante un tribunal de justicia. Algo tan nimio se ha convertido en noticia. Incluso siendo la primera vez que un Presidente del Gobierno testifica en su mandato, no deja de ser algo normal. O debería serlo.

Llevo yendo a la Audiencia Nacional desde octubre pasado y curiosamente esta semana, llegando a la misma, veo pasar tres aviones cazas justo encima de este de edificio. No lo había visto en ningún momento (era 18 de julio y el luctuoso recuerdo del Dragón Rapide me produjo un escalofrío). Al tiempo me entero que al parecer se le quiere dar un trato diferencial al señor ciudadano que va a declarar el día 26. Ya ha tenido un trato especial al serle remitida la citación, no por el servicio habitual, sino por el presidente del órgano judicial. Y para remate le quieren poner a la altura de magistrados y acusaciones y defensas. Creía que la Edad Media había pasado, pero no. Aquel que ha sido nombrado por su señor debe rendir pleitesía olvidando por completo a Montesquieu. No sólo eso, pretende recibirle en la puerta del edificio. Podría hacer una proskynesis y delante de su señor besar el suelo a la espera de recibir la autorización para poder mirarle a los ojos, como en las satrapías orientales. Si todo esto se materializa, sabremos todos que realmente estamos en un régimen cualquiera menos en uno democrático.

Dicen que Mariano está preparando su declaración. No sé qué se prepara, uno va al Tribunal, le preguntan, dice la verdad y punto. Pero claro, si uno no quiere decir la verdad, entonces debe prepararse para que no le pillen y no se le note. Que jure o prometa o se comprometa y no diga la verdad es algo a lo que está acostumbrado este hombre, como cuando dijo que no subiría impuestos, cuando habló de una niña y realmente estaba pensando en imponer un régimen de cuartel, o cuando haciéndose pasar por ayuda de la justicia fue expulsado del juicio Gürtel por entorpecerla. Las mentiras de este pobre hombre darían para dos enciclopedias.

Estamos entonces en que está preparándose para mentir, aliviado por poder declarar una vez terminado el Tour (lo peor que le podría haber pasado es perderse una etapa de los Alpes o de los Pirineos). ¿Qué esperar? Bueno, del Principal Responsable Político de la trama Gürtel poco o nada, ni peso en las ideas, ni brillo en las palabras, algún chascarrillo de los suyos, alguna solemne tontería de esas que se le escapan, y algún que otro momento de vacilación, de esos que no sabes si sube, si baja o si es que tiene que ir al baño.

¿Cómo le dio usted miles de euros al señor Bárcenas, coche, chófer, despacho, ordenadores, apoyo sentimental, vía SMS? ¿Cómo, al Señor Trillo, expulsado de la causa, lo premia usted con una embajada, sin siquiera saber el idioma? (bien conocido es que hizo una tesis sobre Shakespeare sin haber leído en su lengua al trágico…). ¿Cómo tuvo la desvergüenza de decir que era una trama contra el PP y no del PP? ¿Cómo puede usted levantarse todos los días y no morirse de vergüenza siendo el presidente de un partido corrupto, de un partido que está siendo juzgado en la sala donde depondrá usted, un partido que borra discos duros a martillazos? ¿Cómo puede seguir engañándose sabiendo que usted podría haber paralizado la trama en 2004 cuando le advirtieron de su existencia y no hizo nada, NADA?

Espero señor Rajoy que el miércoles, le reciban los cazas de la aviación española, las decenas y decenas de policías que se desplazarán a la sede de San Fernando de Henares, que su lacayo le reciba en la puerta, que le sitúen en los altares para declarar, y que usted se fume un puro gordo. Lea el Marca mientras españoles de bien le hacen preguntas. Espero y deseo que siga haciendo lo que mejor sabe hacer usted: nada.

José Luis Peñas, exconcejal del PP de Majadahonda (Madrid) y denunciante de la trama Gürtel.

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