El Supremo confirma la expulsión del Ejército del teniente Luis Gonzalo Segura

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El Supremo confirma la expulsión del Ejército del teniente Luis Gonzalo Segura

Tribunal Supremo

Los jueces afirman que la sanción impuesta es “razonable y proporcionada” tras sus “actos contrarios a la disciplina y subordinación debida”. La Sala de los Militar del Tribunal Supremo ha confirmado la expulsión del Ejército del teniente Luis Gonzalo Segura por una falta muy grave “consistente en realizar reiteradamente actos contrarios a la disciplina y subordinación debida a los superiores”.
 
La sentencia, según un comunicado del Poder Judicial, rechaza todas las cuestiones relativas a la indefensión y analiza la doctrina del Constitucional y de la propia Sala V en materia de libertad de expresión y, más concretamente, de las singularidades de este derecho cuando se aplica a los miembros de las Fuerzas Armadas. En este sentido, concluye que las expresiones y descalificaciones de Luis Gonzalo Segura en varios medios de comunicación “son tan claramente insultantes y afrentosas que el ánimo ofensivo se halla ínsito en ellas”.
 
La Sala entiende que, lejos de realizar una crítica mesurada, lo que el recurrente hizo fue “pura y llanamente ofender, imputando de manera generalizada, reiterada y contumaz a mandos y autoridades la comisión de actos arbitrarios, ilegales e inicuos”, motivo por el que los magistrados sentencian que debe confirmarse su expulsión del ejército.
 
Los jueces defienden que la sanción impuesta “es razonable y proporcionada en tanto que el recurrente realizó reiteradamente actos contrarios a la disciplina y subordinación debida a los superiores, actos próximos en el tiempo, graves y que ponen en peligro el bien jurídico protegido por la norma”.
 
Para el Tribunal Supremo, está claro que “las graves acusaciones y descalificaciones” vertidas en El Intermedio y en Canarias 7, El Día y La Provincia son “un ataque frontal a la disciplina al quebrar el respeto de autoridades, superiores y de la propia institución, por lo que no cabe sino concluir que el tipo elegido ha sido el adecuado”.
 
Esa gravedad y trascendencia indica, según el tribunal, un persistente comportamiento disonante respecto de lo que se predica de un oficial de las Fuerzas Armadas y es absolutamente incompatible con esa condición y frontalmente contrario a sus deberes.

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