«No voy a dimitir, al revés, voy a dar un paso al frente»

López se mantiene ‘firme’ a pesar de las informaciones que apuntan a una probable destitución a cargo de Ramón Espinar. Es probable que José Manuel López estuviera desanimado, pero tranquilo, el día que se conoció que Ramón Espinar pasaba a ser el nuevo secretario general de Podemos en la Comunidad de Madrid. Espinar vencía por no muchos votos a la candidatura de Rita Maestre, que había contado con el apoyo del portavoz de Podemos en la Comunidad de Madrid.
 
Sin embargo, es probable que la tranquilidad y el desánimo de ese día pasara a indignación en el momento que escuchó al nuevo secretario general de Podemos de la región decir que si él fuera José Manuel López, dimitiría.
 
Desde entonces, muchos han sido los rumores e informaciones. Las últimas, que el Consejo Ciudadano Autonómico prepara la destitución de López para después de Vistalegre II. ¿Por qué esa fecha? Porque el nuevo Ejecutivo regional no quiere ‘empañar’ la candidatura de Pablo Iglesias con una acción que podría resultar incomprensible para gran parte de la militancia y de los votantes.
 
José Manuel López es una persona tranquila y sosegada, con ganas de seguir adelante. Incluso dando “un paso al frente”, no hacia un lado. Afín a las tesis políticas referenciadas en Iñigo Errejón, José Manuel López responde a ElBoletin.com sobre las principales cuestiones que atañen a Podemos y a la Comunidad de Madrid.
 
¿Ha hablado con Ramón Espinar en el último mes?
 
Sí, claro. Ramón viene los jueves al pleno y hablamos.
 
¿Y qué tal?
 
Bien. Nosotros estamos acostumbrados a debatir, y cuando lo hacemos lo hacemos en profundidad. Tenemos posiciones diferentes sobre cuestiones de la política interna y política externa, pero el grupo parlamentario sigue funcionando con normalidad. Estamos sacando el trabajo y el ambiente es de normalidad, no es de conflicto.
 
Hace un año el ambiente parecía algo mejor…
 
Cuando empezamos estábamos en una situación diferente, porque estábamos todos nuevos. Ni siquiera nos conocíamos. A medida que vamos avanzando nos vamos conociendo y la diversidad se va notando. Yo creo que también que somos una formación muy nueva que en los últimos dos años ha estado en un proceso electoral y que ahora que ha terminado ese proceso, lo que nos toca es parar. Profundizar nuestras ideas y debatir. Cuando llevamos a cabo ese debate es cuando percibimos más nuestras diferencias y las diferentes posiciones que tenemos sobre la política, la interna, la organización o sobre lo que hay que hacer.
 
¿Cree que tiene que dimitir?
 
No voy a dimitir, ni creo que deba hacerlo. Yo no me presenté a secretario general. Me presenté a unas primarias para ser el portavoz. Digamos, no para ser el portavoz, para ser el presidente de la Comunidad de Madrid y la ciudadanía me colocó de portavoz de la oposición. Yo creo que me presenté a eso. Ahora, en las primarias de Madrid me presenté también en una lista, pero no para el secretario general, sino para ser consejero. Y he salido consejero.
 
Yo creo en la pluralidad y en que tenemos que hacer las cosas de otra manera. Debemos poner a los simpatizantes y a las primarias por encima del poder y las reuniones del partido. Ahora mismo hay una línea política que se ha aprobado con unos documentos, con un nuevo Consejo y un nuevo secretario general. Y yo me sumo a ello, a las líneas, a los documentos, al Consejo y al secretario general. La idea es que está pluralidad vaya funcionando, así que no voy a dimitir. Al revés, voy a dar un paso al frente.
 
Varias informaciones apuntan a que Espinar (con la connivencia de anticapitalistas) va a intentar forzar su destitución después de Vistalegre II…
 
Sería volver a la vieja política. Me contaron que la última vez que pasó algo así fue cuando en Izquierda Unida, Gregorio Gordo, de la IU de Bankia, cesó de portavoz a la que había salido de primera, Inés Sabanés, actual concejala del Ayuntamiento de Madrid. Yo creo que de eso tenemos que huir, y nosotros hemos venido para eso.
 
¿Están siendo injustos con usted?
 
No, yo creo que tenemos un debate con un foco encima. Cualquier cosa que hagamos tiene más repercusión que otros partidos. Yo también veo que en otras formaciones tienen debates. Creo que cada uno puede tener su opinión, y es legítima. Pero la mía es esta. Nosotros hemos venido a hacer otras cosas.
 
Usted ha firmado la iniciativa ‘Recupera la ilusión – Democracia para ganar’, ¿por qué se ha perdido la ilusión?
 
Creo que nosotros nacimos como un proceso, básicamente, de ilusión y de esperanza. Éramos la parte nueva y ya no somos la parte nueva. Ahora nos toca empezar a pensar, y parte de ese proceso, para los que hemos firmado esa iniciativa, es hacer de esto ‘nueva política’.
 
Antes de un congreso (Vistalegre II) como el que va a ser, me parece normal que haya debate. Ahora, mi opinión es que nosotros no deberíamos repetir la vieja política y tenemos que pensar qué es lo que queremos hacer, y veo algunas prácticas que tampoco no me gustan. Creo que Vistalegre necesita que volvamos a ser ese espacio diferente, de formas políticas diferentes y que esté menos mirándose hacia dentro y más mirándose hacia fuera, que es lo que la sociedad está demandando.
 
¿La iniciativa ‘Recupera la ilusión’ cumple ese objetivo?
 
De aquí a Vistalegre todavía tenemos un tiempo para mirarnos internamente, pero yo creo que pasado eso, hay que salir fuera. Yo apuesto por ‘Recuperar la ilusión’ porque creo que la hoja de ruta política es la que en este momento es más interesante, que es captar a aquellos que no han estado en el inicio de Podemos. Hay que gente que hay que sumar. Nos falta dar un pasito más. Yo creo que hemos venido para ganar este país y no para liderar a la izquierda.
 
Creo que tenemos que tener un partido más plural, con más contrapesos, donde no se acumule tanto poder en algunos espacios. Algo que nos dimos en Vistalegre I pero que ahora nos tenemos que saltar. Necesitamos más democracia interna. Eso es lo que nos va a hacer recuperar el espíritu inicial. Otras cosas nos pueden llevar a recuperar cultura de ‘vieja política’, que es de lo que estábamos huyendo.
 
¿Cree por tanto que el secretario general debe reducir su poder?
 
Sí. Yo creo que en Vistalegre I, ante un proceso electoral largo, de dos años, concentramos mucho el poder. Ahora lo que toca es descentralizar. Y no solo el poder, sino la organización en sí. Por las regiones, municipios…plantear las cosas muchísimo más coral. Con una organización más abierta y más amable.
 
¿Teme que todo este conflicto-debate pueda dinamitar Podemos, o al menos, acabar con sus opciones para que algún día pueda gobernar?
 
Creo que es un proceso natural de crecimiento. Es la primera vez que nos paramos a pensar. Quedan dos años y medios para las próximas elecciones. Ahora tenemos que mirar la organización y el país, y como organizarnos para mejorarlo. Era necesario parar.
 
Dependiendo de cual fuera el resultado de Vistalegre II, ¿se plantearía dejar de Podemos? 
 
He venido aquí de la sociedad civil, he trabajado en varias asociaciones y he hecho política social toda mi vida. Lo que creo que hay que hacer es apostar por ese proceso y voy a aportar para que Podemos sea lo que a mi me atrajo y para lo que nació. Yo creo que ahora toca tener un Vistalegre muy plural donde podamos hablar y que lo que salga de ahí sea algo tan plural como la sociedad y como el partido.
 
No me planteo dejar nada, sino al revés, contribuir para que esa sociedad que ha confiado en nosotros se vea cumplida.
 
¿Era necesaria una Ley de mordaza como la que ha aprobado la Asamblea de Madrid?
 
La hemos recibido hace dos días y la estamos estudiando. Lo que no parece que tenga mucho sentido es que Cristina Cifuentes lo plantee al mismo tiempo que el Congreso de los Diputados estudia eliminarla. No parece tener ningún sentido. Lo que hemos estudiado hasta el momento se parece mucho a la ‘ley mordaza’.
 
En una región como la nuestra, donde tenemos al 15% de la población en condiciones de pobreza y al 20% en paro, alguien saca una ley así para que eso no se vea. Para que eso no salga a la calle. No tiene sentido y de momento no somos los únicos que lo denunciamos. Los demás grupos creo que también se han posicionado en contra.
 
Esta semana El Boletín sacó la noticia de que varios centros públicos sanitarios de la Comunidad de Madrid están siendo costeados a través de donativos… ¿la Sanidad pública de Madrid va a depender de la caridad?
 
La Sanidad está manteniendo el modelo que puso Esperanza Aguirre y no están mejorándola. Cristina Cifuentes dice que tenemos la mejor sanidad del mundo, pero no es cierto. La semana pasada se colapsaron las UCI pediátricas y en lugar de poner recursos o dar respuestas lo que hizo el gobierno de Cifuentes fue acusar a los enfermeros y médicos de que se habían ido de puente.
 
Tres días después de decir eso, inaugura una mejora en un hospital que está pagada por una fundación privada. No tiene sentido. Además, hay recursos económicos para evitarlo. Nosotros hemos denunciado el tema de las listas de espera. El año pasado no se gastaron 16 millones de euros que había para reducir las listas de espera vía pública. Presupuestos hay, pero no lo gastan. Por tanto, el único objetivo es derivar la sanidad hacia el sector privado.
 
Lo aún más preocupante es que esto no solo sucede en la Sanidad. También en la Educación. Hemos denunciado ya dos veces que el Fondo Social Europeo, que es para el desarrollo, está siendo utilizado para financiar profesores en secundaria. Profesores que están siendo pagados con esos fondos europeos en lugar de por los impuestos de los madrileños y las madrileñas.
 
Los presupuestos de la región, de momento, han sido prorrogados…no parece que haya muchos visos para que esa situación cambie.
 
El presupuesto próximo no sabemos, y parece que hasta marzo no lo sabremos. Pero el problema de Madrid es un tema fiscal. Los ricos no están pagando, aportando como lo está haciendo la clase media o la gente con menos recursos. Si tuviéramos una fiscalidad normalizada habría recursos de sobra para mejorar Sanidad y Educación, pero el modelo fiscal que puso Esperanza Aguirre y que Cifuentes no ha cambiado, está impidiendo que se recaude lo que es necesario y convirtiendo a Madrid en un paraíso fiscal. Las grandes rentas se empadronan porque saben que no pagan impuestos.