Según la Plataforma de Departamentos para la Reestructuración de la UCM en los próximos cinco años sería necesario reponer hasta el 60% de la plantilla. La universidad más grande del país está a debate. El nuevo equipo rector, que cumple ahora un año en el cargo, soltaba a principios de semana la ‘bomba’ sobre la comunidad académica de la Universidad Complutense de Madrid al informar de un plan para reducir hasta un tercio de las facultades del emblemático conjunto de centros superiores. Se prevé eliminar nueve facultades, pasando de 26 a 17, con la idea de reforzar sus tareas más académicas y aligerarlas de administración y burocracia.
La reforma asegura que no se perderá ninguna titulación y que el plan reorganizativo será, en palabras del actual vicerrector, Juan Tejada, objeto de “debate y discusión” en los órganos colegiados de la universidad pública. A partir de ahí, se redactará el ‘Plan Director de Reordenación de las Estructuras de la UCM’, que fue un compromiso electoral del nuevo equipo de gobierno.
Pero el debate ha arrancado ya, y con fuerza: los nueve decanos de las facultades cuya vida se prevé limitada ya han manifestado su rechazo al plan, y “hay más decanos que están apoyando a sus compañeros, porque es una reforma global”, explica a El Boletin.com Eva Aladro, portavoz de la Plataforma de Departamentos para la Reestructuración de la UCM. El colectivo ha nacido para reunir al profesorado miembro de todos los centros que se posicionan en contra de que la Complutense camine hacia un “modelo estadounidense” de universidad y frene lo que muchos profesores entienden como “el fin de la Complutense, o al menos el fin de la Complutense que conocemos”, sostiene Aladro.
“El nuevo equipo aspira a un modelo como el de Harvard”, explica la profesora, refiriéndose a “grandes campus” en los que los alumnos diseñan sus propios estudios al elegir buena parte de las materias que quieren cursar, lo que no encaja, según este colectivo de docentes, con el modelo catedrático europeo que pervive en la Complutense. “Si en Oxford dices de eliminar su facultad de Filosofía te mirarían como un loco”, critica Aladro.
Para este colectivo, la causa que motiva este interés por una reagrupación de centros es que “cada año se están jubilando cien profesores”, y admite que en la Complutense quedan departamentos compuestos “por apenas tres profesores”, lo cual, reconoce, no es viable. Pero señalan que la solución está, por un lado, en una cierta reorganización de departamentos, que decidan unirse autónomamente y, sobre todo, en reponer a los cientos de profesores que deberán jubilarse a lo largo del próximo lustro. “En cinco años deberán contratar al 60% de la actual plantilla de la UCM”, explica la portavoz.
“Las facultades se van quedando con menos profesores de lo debido, y por eso quieren reagrupar. Pero claro la solución no es reagrupar, la solución es reponer profesorado para que no tengamos que poner estos agujeros”. Además, el alumnado no ha disminuido, sobre todo en “áreas masivas como Económicas, Medicina, Ciencias de la Información, en Derecho”, asegura Aladro. “Alumnos hay muchísimos pero profesores cada vez menos”, asegura.
“Entonces el modelo que se le ha ocurrido a este equipo rectoral es copiar un poco el modelo americano de universidad, y hacer un estilo Harvard, con grandes facultades, megafacultades, donde los alumnos, a la carta, eligen las asignaturas, y donde digamos, tiene más importancia la universidad en bloque, como emblema, que cada facultad”, sostiene. “En cambio la UCM es un modelo donde cada facultad tiene su personalidad: la Facultad de Filosofía es un mundo, la de Estadística otro…son facultades muy especiales, con mucha historia muchas de ellas, y entonces pues estamos un poco en pie de guerra”, explica la profesora.
En este sentido, los profesores que discrepan de la reforma propuesta por el rectorado que dirige Carlos Andradas creen que este plan no saldrá adelante, entre otros motivos porque la UCM “es una institución democrática” en la que sus órganos deberán alcanzar un consenso sobre qué futuro tiene la universidad más grande de España. Por el momento, el equipo de Andradas solo ha mostrado a los decanos “un Power Point” con los principales rasgos de la reforma, pero se desconocen plazos ni memoria económica para la reorganización.
