Ana Garrido Ramos, Denunciante de la Gürtel en Boadilla

Entrevista

Ana Garrido Ramos, Denunciante de la Gürtel en Boadilla

Ana Garrido Ramos

“Lucho por una ley de protección al denunciante de corrupción” La vida de Ana Garrido cambió por completo en 2009 cuando denunció el caso Gürtel en la localidad madrileña de Boadilla del Monte. Siete años después y tras pasar un par de años en Costa Rica, la funcionaria que destapó esta trama en uno de sus epicentros lucha ahora por una “ley de protección al denunciante de corrupción”.

Así lo ha explicado ella misma en una entrevista en exclusiva a ElBoletin.com en la que destaca lo duros que han sido estos últimos siete años, aunque no tiene reparos en afirmar que “lo volvería a hacer”. Y es que, a pesar de que ha “sido un cambio radical” en su vida, “ha merecido la pena”. Ahora su día a día lo pasa entre los juzgados y su nuevo ‘trabajo’. Y es que, ha encontrado en la elaboración de pulseras y colgantes un medio para subsistir económicamente. “Vivo de ‘okupa’ haciendo pulseras y lavando la ropa en la bañera”, reconoce.

¿Qué ha supuesto para Ana Garrido destapar el caso Gürtel?

Ha sido un cambio radical en mi vida. Desde enero de 2009 que presenté un dossier de más de 300 páginas sobre las presuntas irregularidades que afectaban a Boadilla y a otros municipios de la Comunidad de Madrid mi vida no tiene nada que ver a como era antes. Llevaba 20 años trabajando en el Ayuntamiento como técnico de juventud e infancia, me apasionaba mi trabajo y era una persona estable y feliz con tiempo libre y reconocida profesionalmente.

Mi vida ahora es totalmente diferente, ahora consiste más en sobrevivir que en vivir, mi actividad es una mezcla de ir de juzgado a juzgado, unas veces como demandante y otra como demandada, lo que me supone estar continuamente recopilando pruebas, preparando papeleo y recurriendo cosas. Por otro lado, me he convertido en una activista contra la corrupción.

Las ventajas de mi situación es que no dependo de nadie, soy autónoma. Empecé vendiendo pulseras en mercadillos y ferias los fines de semana y ahora lo que hago es que vendo por internet.

¿Ha merecido la pena pasar por todo esto?

El precio que estoy pagando, porque esta historia no se ha terminado, es muy alto. Para mí sí ha merecido la pena. Es cierto que ha habido momentos en los que me he planteado tirar la toalla, olvidarme de todo, marcharme a otro país y empezar de cero en otro sitio, pero si me preguntaran si lo volvería a hacer. Sí, lo volvería a hacer. Por un lado, yo no tengo hijos. Si los tuviera no habría llegado hasta aquí, porque cuando sufres amenazas de muerte o persecuciones yo aguanto lo que me viene encima como puedo, pero solo repercute sobre mí. Siempre he intentado mantener al margen a mi familia.

Ha merecido la pena, pero hay cosas que las habría hecho de otra manera. Creo que preservar el anonimato es un punto de partida fundamental para poder denunciar la corrupción y eso es muy difícil a día de hoy en España, aunque no imposible. Colaboro con asociaciones anti corrupción y ofrecen un cauce para poder denunciar de manera encriptada sin saber quién denuncia.

¿Hay miedo en España a denunciar? ¿Se siente señalada?

Hay muchísimo miedo a denunciar la corrupción. Lo que hacen con nosotros, con los denunciantes de corrupción, es aleccionar al resto de ciudadanos para que no denuncien. Somos un ejemplo antipedagógico de lo que se debería de hacer. Existe mucho miedo sobre todo en los pueblos pequeños, donde hay una red clientelar establecida en la que todo el mundo se conoce.

Por esto estoy luchando por una ley de protección al denunciante de corrupción. La única ley que existe de protección a ese nivel es la de testigos y peritos, que está enfocada más a la época del terrorismo y más pensada en delincuentes que filtraban información y no para casos como de los que estamos hablando. Hay quien piensa que soy testigo protegido, ojalá porque he recibido amenazas de muerte, me han intentado echar a la cuneta,… Mi vida antes no era de esta manera.

Con la ley de protección al denunciante se intenta equiparar un poco a la ley de violencia doméstica para que haya ciertos juicios que sean exprés. No puede ser que una persona se tire siete años esperando una sentencia porque el Supremo está politizado y más cuando has hecho un bien común a la sociedad.

Los cuatro pilares básicos de esta ley de protección al denunciante son: preservar el anonimato; que haya un blindaje laboral para no perder tu puesto de trabajo ni te veas forzado a renunciar; cobertura jurídica, porque te ves inmerso en una serie de pleitos a los que no puedes hacer frente al quedarte sin trabajo; y la cobertura psicológica y médica. La mayoría de los denunciantes estamos en tratamiento médico, muchas veces no tenemos atención psicológica porque no tenemos dinero para pagar la terapia. Si estás sometido a este estrés diario tienes que tener una fortaleza enorme para no perder la perspectiva. Hay mucha gente en esta situación que se ha vuelto un poco paranoica, y con razón. Y es que recibes vídeos con amenazas de que te van a cortar el cuello o te van a pegar un tiro o te llaman a casa y cuelgan, personas que te siguen,… Todo esto es para volverse un poco paranoico.

En los últimos días usted y representantes de la Plataforma X la Honestidad se han reunido con varias formaciones políticas. ¿Están encontrando respuesta por parte de los partidos a sus peticiones?

Mi percepción es muy buena. No sé si es por el momento en el que estamos, que es previo a elecciones, pero nos da igual quién se cuelgue la medalla, lo que queremos es que salga la ley. Otra cosa que juega a nuestro favor es que esto está al margen de ideologías, es una ley transversal y válida para cualquier partido.

El PP es el único que no nos ha recibido, nos mandó un acuse de recibo y no nos ha dado una explicación.

¿Cómo lo interpreta? El Partido Popular presume de luchar contra la corrupción y de tolerancia cero con los corruptos.

No tiene interpretación, habla por sí solo. El PP ha sido el único partido que no nos ha recibido, pero en general hemos obtenido una muy buena respuesta con diferentes grados de implicación. Pedíamos que el compromiso con esta ley se incluyera en los programas electorales, que era una forma de comprometerse, y Podemos y Ciudadanos son los partidos que más se han implicado y más se han comprometido con la Ley Integral de Protección al Denunciante.

Ciudadanos tenía una PNL incluso antes de que se reunieran con nosotros y Podemos nos dio la idea, a través de Victoria Rosell y Juan Pedro Yllanes, de que existan en determinadas comunidades jueces especializados en este tipo de casos. Nosotros nos vemos en la situación de que en un juzgado tengo una denuncia de amenazas, en otro juzgado un tema de acoso laboral, en otro una denuncia por chantaje y extorsión. Los jueces no tienen una visión global de que todo esto forma parte de tu condición como denunciante. Un juez especializado en temas de corrupción sabe perfectamente lo que ocurre, no se va a asustar, va a saber cómo operar al respecto.

Podemos nos ha llegado a proponer también crear un grupo de trabajo para trabajar la ley con ellos y reunirnos con la Fiscalía Anticorrupción, que tiene un papel fundamental en este tema.

El resto de los partidos también se han comprometido. Y es que, al ser precampaña nadie se quiere quedar fuera.

Este tema ha pasado ya de ser un mero eslogan electoral a tomar forma.

Es muy cansado todo esto, aparte de tu calvario personal, tienes que concentrar tus energías en tratar de despertar la conciencia social de lo importante que es. Aquí no hay cultura de proteger al denunciante como en otros países. También hay otra cosa importantísima, que es que después de dar todos los pasos para denunciar luego llegamos al CGPJ en un sistema en el que no hay separación de poderes y desafortunadamente en muchos casos los jueces están politizados e influenciados a la hora de dictar una sentencia y eso es muy frustrante.

Creo que, al margen de la ley de protección al denunciante, hay un paso más que dar que nos compete a todos que es la separación del poder judicial y del político, porque afecta a todo.

¿Es un obstáculo más la politización de la justicia para que se resuelvan los casos de corrupcción?

La instrucción del caso Gürtel ha pasado por diferentes jueces: Garzón, Pedreira, Ruz y De la Mata. Creo que para mí el mejor juez instructor de la Gürtel es el juez Ruz al margen de las críticas por su lentitud. No ha dado palos de ciego y por eso mismo ya no está. Al margen de que su plaza no era esa, pero hay muchas fórmulas para que hubiera continuado con la instrucción.

Luego viene la segunda parte, que es el juicio. Resulta que nombran a Concepción Espejel y a Enrique López y ves el perfil que tienen estos jueces. Y dices que ‘yo me he dejado la piel para denunciar esto y lo van a juzgar jueces que se han declarado afines al PP’. No me parece objetivo, es un teatro, es un circo. Todo el trabajo de tantos funcionarios y de la UDEF para que luego lleguen jueces que son afines a este partido político en este caso.

En España hemos sufrido los coletazos de la crisis económica, pero la situación en la que estamos es fruto del saqueo y del expolio del patrimonio de los españoles por parte de políticos y empresarios. Por eso pienso que los jueces tienen que ser imparciales, de ellos depende el futuro de muchas personas. Un recorte de un presupuesto de Educación o de un presupuesto de personas dependientes a lo mejor supone una mordida de un caso de corrupción. La independencia del poder judicial es fundamental para crecer en España.

¿Qué es la Plataforma X la Honestidad?

La plataforma surge de personas que se han sensibilizado con lo que me estaba pasando. Una de Asturias, otra de Mallorca, otra de Madrid y tenía relación directa con ellas, que dedicaban su tiempo a apoyar mi situación de desamparo y darle difusión para que la gente supiera lo que me estaba pasando. Estas personas ponen en marcha un crowdfunding para mi reserva jurídica porque yo no tengo dinero y dedican el tiempo que pueden para ayudarme. Llega un momento en el que ya se organizan y no solo piensan en mí, sino también en otros denunciantes de corrupción porque hay muchas personas que están malviviendo como yo.

Esta plataforma intenta fomentar que nosotros nos sintamos más protegidos, dar difusión a lo que está ocurriendo, así como, por ejemplo, gestionar todas las reuniones con los partidos políticos. Me encantaría que pudieran llegar a personarse en casos de corrupción, pero estamos ante el primer año de su andadura.

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