España ya tiene su ‘sala secreta’ para leer el TTIP

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España ya tiene su ‘sala secreta’ para leer el TTIP

Cartel contra el TTIP

Solo los parlamentarios y funcionarios que por su trabajo estén autorizados a la consulta del TTIP podrán acceder a la sala. Poco antes de alcanzar la 12ª ronda de negociaciones del TRatado Trasatlántico de Comercio e Inversión entre España y Estados Unidos (TTIP) España ha habilitado una sala de lectura para los documentos confidenciales del acuerdo de libre comercio. La transparencia es uno de los puntos frágiles del acuerdo de cara a la opinión pública y a muchos de sus detractores políticos y de la sociedad civil. Aunque los documentos que darán lugar a uno de los acuerdos comerciales de mayor envergadura mundial llevan negociándose desde 2013, hace solo cuatro meses que la UE ha permitido que todos los eurodiputados puedan acceder a la información de carácter restringida.

Hasta final de 2015, sólo una treintena de europarlamentarios podía consultar los llamados “textos consolidados” de las negociaciones. El argumento era que tales documentos contenían datos sobre la posición de Estados Unidos que la propia Administración Obama quería mantener bajo llave. Según la versión del equipo negociador, no era posible descubrir ‘las cartas’ bajo la manga de ambos bandos antes de alcanzar acuerdos.

No obstante, los miembros de la Eurocámara deben ratificar el texto acordado en cada ronda y al final del proceso, por lo que se les acaba pidiendo un apoyo ‘a ciegas’ en lo referente a las partes confidenciales. Los autorizados a su consulta no pueden revelar su contenido.

En diciembre la UE decidió ampliar el acceso a todos los eurodiputados, y dispuso que se crearían salas de consulta, las famosas ‘reading room’, en las sedes nacionales y no solo en Bruselas. “Once meses de negociaciones con la Comisión han dado sus frutos”, celebraba la Eurocámara, “y el resultado es una gran victoria para el Parlamento Europeo porque todos sus miembros serán ahora capaces de ejercer su mandato de control democrático sobre las conversaciones TTIP”.

En las salas de lectura, que ya se han convertido en todo un emblema de la opacidad en la negociación de un acuerdo que puede suponer grandes cambios regulatorios y afectar a la prestación de servicios públicos, la consulta no es precisamente cómoda. Son salas custodiadas y a las que se accede previa firma de un acuerdo de confidencialidad que compromete al visitante a no revelar nada de lo allí leído. Tienen prohibido revelar cualquier detalle, y si incumplieran esa cláusula, podrían enfrentarse a sanciones administrativas o procesos penales. Deben abandonar todas sus pertenencias antes de acceder a estas salas de lectura, y no pueden portar con ellos ningún dispositivo capaz de copiar o reproducir los documentos confidenciales. Bolígrafo y papel son los únicos objetos permitidos.

Hoy, el Ministerio de Economía ha confirmado que nuestro país ha habilitado una de estas ‘salas secretas’ “para que se puedan consultar los textos consolidados de negociación”, es decir, aquellos que recogen tanto el texto propuesto por la Unión Europea como el que ha propuesto Estados Unidos. Está localizada en la sede de esta cartera por ser la Secretaría de Estado de Comercio quien, “en coordinación con otros Ministerios, tiene asignada la responsabilidad de dirigir la política comercial”, explica el equipo de Luis de Guindos.

Sólo podrán acceder a ella “los miembros de las Cortes Generales así como funcionarios de la Administración General del Estado que, por su trabajo, tengan necesidad de conocer el contenido de estos documentos”.

Economía recuerda que aunque la Comisión Europea como negociadora ha publicado “sus propuestas de texto”, algunos documentos de negociación, “en particular aquellos que emanan de los Estados Unidos, están sujetos a un acceso limitado a los funcionarios, eurodiputados y miembros de las cortes de los Estados de la UE”.

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