Los parlamentarios de IU que concurrieron a las elecciones con el grupo de Podemos tendrán que romper su coalición para que la formación tenga grupo propio y asegure su supervivencia económica. PSOE y Ciudadanos apoyan la medida. IU no se resigna a quedarse sin grupo propio en el Congreso y ha pedido a sus tres diputados, que se presentaron a las elecciones en candidaturas de convergencia En Marea y En Comú Podem y están ahora integrados en el grupo de Podemos- que lo abandonen y que se unan a sus dos parlamentarios en el Grupo Mixto, Alberto Garzón y Sol Sánchez.
Según ha asegurado esta mañana el coordinador federal de IU, Cayo Lara, tiene el compromiso de Ciudadanos y PSOE para permitirles formar grupo propio, algo que aseguraría la supervivencia económica de la formación. Sin embargo, los tres parlamentarios integrados en Podemos se han negado hasta ahora a firmar el escrito de solicitud. Ante el Consejo Político Federal de IU, Lara ha explicado que tiene de plazo hasta las 14.00 horas de este sábado para registrar la petición y que la Mesa de la Cámara Baja estudie la propuesta el próximo martes.
Para que esta vía salga adelante, es necesario que los tres diputados que pertenecen a IU pero que se integraron en el grupo de Podemos rompan las coaliciones con las que se presentaron a las elecciones, explica Europa Press. Se trata de la gallega Yolanda Díaz, número uno de En Marea por La Coruña, y los dos miembros de En Comú Joan Mena y Félix Alonso.
«Necesitamos un grupo parlamentario como el agua de mayo», ha reconocido Cayo Lara, quien ha recordado la delicada situación económica que supone para la coalición quedarse sin grupo propio, que implicaría un duro plan de ajuste que incluye el despido de trabajadores.
Alberto Garzón y los suyos se juegan mucho en esta búsqueda de grupo propio en la Cámara. Y es que, más allá de las intervenciones y asistencia a las diferentes comisiones parlamentarias, sobre la mesa está la supervivencia económica de la coalición. La debacle electoral cosechada por IU en las generales, que ha pasado de 11 escaños a 2 en apenas cuatro años, se traduce en un recorte en su asignación pública, que se queda en menos de 200.000 euros.
Al no conseguir tener grupo propio, la coalición no tiene derecho a las ayudas por envío de propaganda electoral, que suponen dos millones de euros más. Si tenemos en cuenta que el presupuesto de IU para la campaña era de 2,6 millones de euros, restando los mencionados 200.000 euros, la formación de Alberto Garzón va a tener que asumir con medios propios unos 2,4 millones de euros. Demasiado para las delicadas arcas de la coalición de izquierdas.
