Banco Espírito Santo reconoce que su brazo inversor está en “una grave situación financiera”

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Banco Espírito Santo reconoce que su brazo inversor está en “una grave situación financiera”

Sucursal del Banco Espírito Santo

El mismo Banco Espírito Santo que prepara una ampliación de capital por más de 1.000 millones de euros ha reconocido los apuros de su filial de inversión a causa de “irregularidades en las cuentas”. La crisis del sector financiero portugués podría estar muy lejos de tocar a su fin. Banco Espírito Santo, una de las entidades líderes del país ibérico, ha reconocido que su brazo inversor se encuentra en “una grave situación financiera” a causa de “irregularidades en las cuentas” del ejercicio 2013 justo antes de lanzar una abultada ampliación de capital.

El primer toque de alerta lo dio el Banco de Portugal, que apuntó hacia “irregularidades” en la auditoría externa solicitada al grupo consultor KPMG para analizar las cuentas de la rama inversora, que responde al nombre de Espírito Santo Internacional (ESI). Al final, la propia entidad ha tenido que reconocer las malas prácticas a las que ya el pasado mes de diciembre apuntaba también The Wall Street Journal.

El rotativo estadounidense apuntaba entonces que Banco Espírito Santo estaba fuertemente endeudado con un fondo de inversión del propio banco. Más en detalle, se refería que más de un 80% de los activos que conformaban la cartera de este vehículo de inversión eran en realidad títulos de deuda de la matriz del grupo bancario. Reconocido este extremo, la entidad ha ido más allá y ha desvelado otras malas prácticas de su filial ESI.

Entre los movimientos en el punto de mira de los supervisores y la propia entidad se colocan ahora varias carteras de inversión que podrían haber sido sobrevaloradas muy por encima de su precio real de mercado. En este sentido, el brazo inversor del grupo considera que sus activos alcanzan un valor de 1.550 millones de euros cuando a razón de las cotizaciones de las plazas de negociación el importe podría no sobrepasar siquiera los 365 millones.

Si bien la matriz del grupo ha salido al paso de la situación desencadenada al afirmar que “no es responsable de la situación financiera de ESI”, presidente Ricardo Salgado ya ha reconocido que no sería de extrañar que el asunto termine por ocasionar “un impacto negativo en la reputación de BES” así como “a la valoración de sus acciones”, cotizadas en la Bolsa de Lisboa, tal y como puede leerse en un documento que ya ha sido remitido al supervisor de esta plaza, la Comisión de Mercado de Valores Mobiliarios (CMVM).

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